La desigualdad en México no es una situación poco común. Esta condición trasciende las esferas sociales, económicas y políticas para también penetrar en salud. La falta de condiciones equitativas no solo afecta la prognosis de los pacientes. Incluso incapacita a los sistemas de salud pública para prestar una correcta atención. Este reto es más claro en la salud reproductiva.
El Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) publicó un nuevo reporte. En él, denuncia que en México no están las condiciones necesarias para que las mujeres puedan decidir sobre su salud reproductiva. También reprochó al gobierno su falta de acción para remediar este contexto. Señaló que, para avanzar, se deben de eliminar cinco barreras específicas.
Barreras a la salud reproductiva en México
De acuerdo con el GIRE, primero está el embarazo adolescente. Apunta el 73.6 por ciento de las mujeres mexicanas tienen un hijo entre los 15 y 19 años. Este desafío a la salud reproductiva no solo limita sus posibilidades de desarrollo. También las pone en 50 por ciento más riesgo de perder la vida. Ello, sin mencionar que una de cada 10 resultaron preñadas por un asalto sexual.
Por otro lado, se encuentra la penalización del aborto. La interrupción insegura del embarazo es ya la cuarta causa de muerte materna en el país. GIRE reprocha que se limite la capacidad de decisión de las mujeres sobre su salud reproductiva. Esto, por los hasta seis años de prisión a quienes realizan el procedimiento ilegalmente, sin contar los riesgos físicos a los que se enfrentan.
En tercer lugar, el GIRE coloca la violencia obstétrica. Hasta una de cada tres mujeres vieron vulnerada su salud reproductiva previo, durante y después del parto. En este sentido, el Grupo no solo se refiere a discriminación o humillaciones. También reprocha la alta incidencia de prácticas invasivas y retraso en la atención de urgencia. Incluso, denuncia la esterilización forzada.
Con respecto a la muerte materna, la organización apunta que no se han cumplido las metas 2015 para reducir estos eventos adversos. Señala que no puede haber verdadera salud reproductiva si, cada día, fallecen dos mujeres por su embarazo. Reprocha todavía más que una de cada ocho eran adolescentes. También señala que, uno de cada 10 decesos, fue entre la población indígena.
Finalmente, GIRE reprocha la seguridad social incompleta. Denuncia que no puede haber plena salud reproductiva si instituciones públicas no contemplan estancias infantiles, licencias de paternidad o maternidad, ni pensiones. Aún más importante, reprocha que los hombres no tengan las mismas oportunidades (o disposición) para cuidar de los hijos.