La tarde del pasado lunes se registró un nuevo tiroteo en Estados Unidos. En esta ocasión, fue en el Centro Médico y Hospital Mercy de Chicago. De acuerdo con medios locales, el saldo ha sido de cuatro personas muertas. Además del atacante, también fallecieron una doctora adscrita a las instalaciones, una farmacéutica recién egresada y un joven oficial de policía.
De acuerdo con el Chicago Tribune, el tiroteo comenzó el lunes a las 15:20, hora local. El atacante fue identificado como Juan Lopez, un hombre de 32 años. Antes de empezar a disparar, discutía con la doctora Tamara O’Neal, una de las víctimas. Testigos apuntan sobre el término de una relación amorosa. Poco después comenzaron los disparos.
Otro tiroteo en Estados Unidos
Eddie Johnson, superintendente de la policía de Chicago, apuntó que el oficial Samuel Jimenez y su compañero fueron los primeros en responder al tiroteo. Jimenez tenía menos de dos años en el servicio policíaco. Casualmente, el equipo se encontraba cerca de la escena cuando Lopez abrió fuego. Cuando llegaron, el agresor estaba encima de Tamara tras haberle disparado varias veces.
Cuando se levantaron, al escuchar los disparos, hicieron lo que hace cualquier policía heroico: Corrieron hacia el tiroteo. No fueron asignados a esa llamada particular, pero acudieron porque eso es lo que hacemos. Los oficiales salvaron muchas vidas hoy. Son unos héroes, porque no sabemos cuánto daño [el agresor] estaba preparado para hacer.
Dayna Less, de 25 años, fue otra víctima en el tiroteo. Una bala terminó con su vida cuando, casualmente, bajaba de un elevador. Cuando llegaron los refuerzos policíacos, encontraron el cuerpo de Lopez en el lobby. El departamento de policía de Chicago afirmó que tenía una herida de bala en la cabeza. Es incierto si el agresor se quitó la vida o fue abatido por los oficiales.
La policía afirma que Lopez contaba con un permiso para portar armas escondidas. Ya a inicios de noviembre se había registrado otro tiroteo en California, con al menos 11 víctimas. Las afectaciones de estos ataques no han dejado impasible a la comunidad médica. La semana pasada, profesionales de la salud comenzaron a protestar contra la agresión con armas de fuego.