Mientras en la Ciudad de México la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) retira miles de frascos de “mariguanol” de las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC-Metro) e incluso se pelea con Jaime Maussan, la realidad en otros países es completamente distinta. Tal es el caso de Alemania, que ha regulado a favor del uso medicinal de la cannabis para el tratamiento de diferentes enfermedades.
Siguiendo esa línea argumentativa y a través de la información presente un artículo publicado por el diario de noticias El Comercio, a partir de este primero de marzo de 2017 entró en vigor la ley que permite a los profesionales de la salud la prescripción de productos a base de marihuana para el tratamiento de sus pacientes.
En este orden de ideas, la Cámara de Representantes (Bundesrat) aprobó el pasado 10 de febrero de forma definitiva la norma con la que se facilitará el acceso a este tipo de medicamentos, los cuales, previo a la reforma, requerían de un autorización del Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios (BfArM).
Al respecto, autoridades del Ejecutivo Federal explicaron que para que un médico pueda recetar cannabis a uno de sus pacientes debe haber agotado antes todas las alternativas terapéuticas. No obstante, el médico también podrá prescribirla cuando se considere que ayudará en el tratamiento de determinados síntomas o en la evolución de alguna enfermedad.
El análisis preliminar deja ver que hasta Abril del 2016 un total de 647 enfermos había conseguido la autorización de la BfArM para consumir cannabis con fines terapéuticos.
De lo anterior, en atención a las nuevas disposiciones sanitarias, el Gobierno alemán ha importado fuertes cantidades de fármacos a base de marihuana, principalmente de los países bajos. En el año 2014 un total de 48 kilos de cannabis fueron importados para ese fin y la cifra aumentó hasta los 94 kilos en el 2015.
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