El alcohol es un importante factor de riesgo para múltiples enfermedades. Entre ellas, múltiples tipos de cáncer, cirrosis, infección pulmonar e incluso demencia. Sus efectos a largo y corto plazo provocan, en promedio, más de 3 millones de muertes cada año. Por esta razón, el abuso en su consumo es un importante reto para las instituciones de salud a escala internacional.
Un nuevo estudio propone que el consumo excesivo es más complejo de lo que se pensaba. La investigación, publicada en la revista Alcohol and Alcoholism, propone que el abuso de la sustancia cambia con la edad. Ashley Linden-Carmichael, líder del equipo que realizó el hallazgo, asegura que se pudieron identificar 5 perfiles distintivos de comportamiento en sus observaciones.
Los cinco perfiles de abuso del alcohol
Para sus conclusiones, el equipo de la Universidad Estatal de Pennsylvania examinó a 5 mil 402 participantes. Los pacientes tenían entre 18 y 64 años de edad. Todos ellos fueron diagnosticados con Desorden de Uso de Alcohol (AUD) hasta un año previo al análisis. Los investigadores descubrieron los perfiles al agrupar individuos con los mismos síntomas conductuales:
Muy problemático, pero con poco consciente: Estos individuos (21 por ciento) creen que su abuso del alcohol no afecta su vida. Al mismo tiempo, aceptan presentar varios síntomas del AUD.
Sólo efectos adversos: El más característico, con 34 por ciento de la población. En este perfil solo se reportan crudas y síndrome de abstinencia al alcohol, sin otras repercusiones.
Muy problemático: Únicamente el 7 por ciento de la población presenta prácticamente cada síntoma relacionado al AUD.
Heridas inducidas por el alcohol: 25 por ciento de los participantes encajó en este perfil. Se caracteriza por un comportamiento riesgoso que puede provocar lesiones.
Dificultad para reducir consumo: 13 por ciento de los participantes dicen tener problemas para dejar de ingerir alcohol.
De acuerdo con los investigadores, los primeros dos perfiles son más comunes en jóvenes. Por otro lado, los últimos dos grupos son conformados principalmente por pacientes más grandes. Este hallazgo, afirman lo expertos, revela la necesidad de personalizar el tratamiento. En específico, aseguran que se debe prestar más atención a los conflictos internos de las personas.