Hace unas semanas, un análisis realizado por la Universidad de Washington determinó que la longevidad, a escala global, se había prácticamente duplicado en el último siglo. Este fenómeno es multifactorial, pero destacan los avances en medicina, una cobertura más amplia del sector salud y el superior nivel socioeconómico. Un factor que también suele relacionarse con los años que puede llegar a vivir un paciente es su herencia genética.
Ahora, esta creencia parece perder credibilidad a partir de un estudio publicado en la revista Genetics. La investigación, realizada por expertos estadounidenses, indica que el historial familiar tiene un efecto muy limitado en la longevidad de los pacientes. En contraste, elementos del estilo de vida (dieta, actividad física, consumo de sustancias recreativas) son un factor determinante.
La longevidad de la pareja es más importante que la de la familia
Cathy Ball, coautora del estudio y presidente de la división científica en la empresa genética Ancestry, apuntó que la longevidad está determinada solo en hasta un 30 por ciento por la herencia genética. Si bien se encontraron conexiones relevantes entre hermanos y primos en primer grado, también se encontró una relación todavía más fuerte entre parejas y matrimonios.
De acuerdo con la investigación, que analizó árboles genealógicos de más de 469 millones de participantes, los miembros de un matrimonio comparten más decisiones de estilo de vida que los primos o los hermanos en el largo plazo. Por ello, su longevidad suele ser similar.
También encontraron que la familia política (hermanastros, primos políticos) suele tener una expectativa de vida similar. Dicho resultado lo relacionaron al fenómeno del emparejamiento selectivo: la tendencia a escoger parejas con características y fenotipos (sociales, culturales, económicos y físicos) similares a los propios. Así pues, se mantendría el promedio de longevidad entre individuos de un mismo árbol genealógico que no tienen una relación genética.
La investigación encontró que el rol de la genética en la longevidad no solo es muy limitado, sino también significativamente variable. Mientras que hermanos y primos del mismo genero tienen una expectativa de vida similar en el 30 por ciento de los casos, el nexo es solo la mitad de fuerte cuando se trata de familiares del sexo opuesto. Si además se toma en cuenta el emparejamiento selectivo, la relación es menor a siete por ciento.