A lo largo de la historia reciente de México se han observado diversos problemas, pero ninguno tan radical como el relacionado con la alimentación. Mientras que a mediados del Siglo XX la desnutrición era la mayor amenaza de la población, en la actualidad es la obesidad. Resulta paradójico el cambio de extremos que se alcanzó en un tiempo récord.
En ese sentido, se debe recordar que hace medio siglo, la mayoría de los niños mexicanos contaban con una alimentación insuficiente. La hambruna provocó millones de muertes, en especial en zonas rurales o alejadas de las grandes ciudades. Tan sólo con observar fotos antiguas se puede apreciar el estado de salud de la mayoría de la población.
Mismo problema pero en el polo opuesto
Por su parte, en el presente el problema continúa siendo la alimentación pero en el polo opuesto. Mientras que antes los mexicanos no tenían comida, ahora se alimentan de forma inadecuada, lo que propicia la obesidad. A eso se debe sumar el actual estilo de vida, basado en el sedentarismo y la falta de actividades físicas.
A decir de Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor, el problema se hizo más evidente a raíz de la entrada en vigor del Tratado de Libro Comercio (TLC). Fue en 1994 cuando comenzó la explosión por el consumo de productos importados.
Como muestra, la más reciente Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) afirma que 4 de cada 10 niños mexicanos padecen de obesidad en algún grado. A raíz de esto, se teme que la esperanza de vida de la actual generación se reduzca.
Ante este panorama, es claro que se deben emprender acciones claras que brinden resultados verdaderos. Por tu parte, aunque suene repetitivo, recuerda siempre hablar con tus pacientes acerca de la importancia de una alimentación balanceada.