El pasado 23 de enero del presente año, el estudiante del bachillerato de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Marco Antonio Sánchez Flores, fue detenido por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México (SSP-CDMX) arbitrariamente y sin mediar orden judicial ni delito que perseguir. Fue golpeado y subido a una patrulla de los agentes policiales de la capital para no saber de él sino hasta cinco días después.
Nadie sabe qué le sucedió en ese tiempo, el trauma al que fue sometido y las razones por las cuales los elementos de seguridad pública de la CDMX lo “soltaron” en el Ministerio Público de Tlalnepantla. Un hecho que debe ser catalogado como desaparición forzada¹ y no como un secuestro, ya que se involucra a la autoridad de la Ciudad de México.
La “politización” en tus pacientes
El hecho que a todas luces es un delito por desaparición forzada perpetrado a manos de los policías de la capital de la república fue negado como tal por el entonces jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, aludiendo lo siguiente, tomando como base la cronología de los hechos elaborada por el equipo editorial de El Politólogo:
No creo que el caso de Sánchez Flores sea considerado como desaparición forzada porque esto significa ocultamiento, retención y no que una persona que deambula libremente, como lo observamos en las cámaras.
Esta politización del caso Marco Antonio ha provocado que la actuación de los profesionales de la salud se cuestionada reiteradamente, además de la excesiva carga de trabajo a la que se ven obligados a tratar cotidianamente. ¿Es esto adecuado?
Barrera en el tratamiento
Marco Antonio, en calidad de paciente en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) ha sido cuestionado en múltiples ocasiones por la opinión pública que, además de acusarlo de haber intentado escapar de la asistencia médica, está sometido a una presión que afecta el cuadro de delirium mixto secundario con el que fue diagnosticado a su llegada al Hospital de Alta Especialidad.
En este sentido, la politización no sólo es mala para el tratamiento del paciente, sino, además, es responsable de un acoso a los médicos especialistas en su desempeño profesional. En esa tesitura, tal y como los estableció la Academia Nacional de Medicina (ANM) esta situación debe erradicarse de la práctica médica.
¿Es posible?
Hoy, el estudiante de la Preparatoria 8 de la UNAM abandonó las instalaciones del INNN para continuar su tratamiento en un sanatorio cuyo ubicación se mantiene al resguardo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (Proceso, 2018), para evitar que estas barreras se vuelvan a repetir.
¹ De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, tomando como base la información contenida en la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, el concepto de desaparición forzada se refiere a:
El arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley.
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