Una nueva campaña de salud impulsada por el gobierno del Reino Unido solicita a los padres de familia no acudir al hospital como primer recurso cuando sus hijos se encuentren enfermos, sino que sugiere llevarlos a la farmacia. El objetivo de tan inusual sugerencia es afrontar una de las crisis de salud más delicadas que ha enfrentado el territorio inglés en toda su historia, pues cerca de 80 mil pacientes han tenido que esperar hasta 4 horas para poder ser atendidos en una cama dentro de la red de hospitales que se desprenden del Servicio Nacional Británico (NHS).
En ese mismo sentido, más de 2 mil 788 pacientes que de acuerdo con el NHS han tenido que esperar por más de 12 horas por una camilla, (BBC, 2018). Un balance muy complicado para los médicos europeos.
Pharmacies first
Con esto en mente, la campaña impulsada por el subdirector del Departamento de Farmacias del National Health System, del gobierno británico, Dr. Bruce Warner, tiene el objetivo de orientar al paciente a los servicios de atención primaria en las farmacias del país inglés, antes de llevarlos a los servicios de urgencias de alguno de los diferentes complejos hospitalarios de la red nacional.
“Los padres de niños pequeños con enfermedades menores deben llevarlos a farmacias en lugar de médicos generales o a los servicios de emergencias”, dice la nueva campañara del NHS británico.
De acuerdo con los servicios de salud británicos, sólo el 6 por ciento de los padres con niños menores de cinco años acudirá primero a un farmacéutico. En este mismo sentido, NHS England reveló que las visitas a los médicos generales y servicios de urgencias para atender estas condiciones de “auto-tratamiento”, como el dolor de estómago, cuestan 850 millones de libras al año. Sin embargo, aclarán, los padres no deben posponer la visita a un médico.
Un asunto delicado
En otras parte del mundo, la crisis humanitaria en materia de salud pública ha obligado a optar por medidas excepcionales para la atención del paciente pediátrico. Tal es el caso de Nueva York que habilitó un mecanismo de autorización para que los farmacéuticos puedan administrar vacunas contra la gripe en la epidemia más importante registrada en los últimos 10 alrededor del país vecino del norte, Estados unidos.
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