A tan sólo unos días del cambio de gobierno, existen algunos puntos que causan preocupación y uno de ellos es acerca del futuro del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el cual le brinda atención a 6 de cada 10 mexicanos y es el más importante de nuestro país.
Aunque durante los últimos dos años el IMSS ha obtenido un superávit en sus ejercicios fiscales gracias al aumento de cotizantes y los ahorros obtenidos por digitalizar sus trámites, en realidad se trata de una institución que fue descuidada por la administración de Enrique Peña Nieto y la cual sufre de un severo rezago de infraestructura.
Lo anterior es debido a que se dejó de invertir en el equipamiento de hospitales, lo que se traduce en que tan sólo para igualar la capacidad hospitalaria que tenía el IMSS en 2012 se requieren 5 mil 207 camas censables a las existentes en 2017. Esto equivale a construir 36 hospitales de 144 camas cada uno.
Otro punto que se debe destacar es que el aumento en el número de derechohabientes no ha sido proporcional con una mayor contratación de médicos y enfermeras. Mientras que en el 2012 el IMSS registraba 0.41 médicos familiares por cada mil derechohabientes, para el cierre de sexenio la cifra se redujo a 0.35. A su vez, en el caso de enfermeras, al inicio del sexenio existían 2.52 por cada mil afiliados, mientras que ahora son 2.27.
Los gastos del IMSS
Pese a la situación, de 2013 a 2018 el IMSS destinó 3 mil 524 millones 985 mil 404 pesos en 25 campañas, de las cuales nueve fueron para promocionar los actos de Enrique Peña Nieto y costaron mil 687 millones 751 mil 529 pesos.
Ante este panorama, luce delicada la situación del IMSS de cara al siguiente sexenio, pero como dijo Germán Martínez, quien será su nuevo director a partir del 1 de diciembre, aunque el instituto no está en urgencias sí requiere de una cirugía mayor.