Dentro de la salud en nuestro país es claro que existen muchas fallas e inclusive el presidente electo Andrés Manuel López Obrador recién afirmó que el rubro sanitario tiene más carencias que el sector educativo, lo que causó una controversia porque algunos apoyan el pensamiento y otros afirman que se trata de una exageración.
Pero más allá de los problemas, lo indispensable es diseñar nuevas estrategias que permitan mejorar el sistema sanitario de nuestro país y mientras hace poco el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cambió su modelo de atención para incentivar la prevención en lugar de la curación, otro modelo de abordar al paciente es mediante la medicina funcional.
Al respecto, Alejandro Espinosa Sosa, presidente del Instituto Latinoamericano de Medicina Funcional, (ILMF), mencionó que a través de esta manera moderna de atención se puede ofrecer mayor calidad a pacientes con padecimientos como diabetes, síndrome metabólico, colesterol e hipertensión arterial, lo cual ocurre porque se basa en un abordaje médico que abarca factores genéticos, ambientales y de estilo de vida, a diferencia de la medicina tradicional que sólo se centra en la enfermedad.
Tenemos que considerar cuál es el transfondo histórico, cuáles son los antecedentes que tiene una persona, qué le ha pasado en la vida, qué tratamientos ha llevado, a qué ha estado expuesto, factores tóxicos o ambientales, entonces, lo que permite esta medicina es integrar toda esta información valiosa que podamos tener del individuo y establecer un plan a la medida que involucre todas las esferas de la vida.
En ese sentido, la medicina funcional no sólo serviría para la atención a los pacientes sino que también fomentaría una mayor investigación desde un enfoque más completo, lo que generaría mejores resultados.