Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos solicitado o activado el eslabón de los servicios paramédicos de la Cruz Roja, ya sea por una emergencia, o en casos en los que se ha presentado una urgencia que es imposible asistir de manera adecuada. Pese a ello pocos sabemos sobre el origen de una de las organizaciones internacionales más longevas e importantes del mundo, la cual nace en el año 1863 bajo el nombre de “Sociedades de Socorro”, las cuales tenían como propósito cuidar de los heridos de guerra, con el apoyo de voluntarios y cuyo nacimiento se conmemora cada 8 de mayo, en honor al natalicio de uno de sus fundadores más representativos: Henry Dunant.
En 1963 en Ginebra, se establece el Comité Internacional de Socorro a los Heridos, que más tarde se convertiría en el Comité Internacional de la Cruz Roja, adoptando como emblema en aquel entonces, una cruz roja sobre un fondo blanco (el inverso de la bandera suiza). Al año siguiente 12 gobiernos adoptaron la Convención de Ginebra, donde se parlamentó la atención de los heridos, a partir de entonces el carácter de dicha organización se transforma a un estado de servicio médico “neutral” en el campo de batalla según lo reporto la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR).
Acorde a la FICR, los movimientos de la Cruz Roja y la Media Luna Roja constituyen la red humanitaria más grande del mundo. El movimiento dentro de sus principios fundamentales se destaca por poseer los sentidos de: humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad.
Bajo el estudio de la propuesta de Henry Dunant, el objetivo principal ahora era el de establecer un único signo distintivo que contara con respaldo jurídico para indicar la obligación de respetar a los servicios médicos de las fuerzas armadas, a los voluntarios socorristas de las sociedades que prestaban servicios de primeros auxilios y a las víctimas de conflictos armados. Es así como el símbolo tenía que reunir como características: sencillez, identificable a distancia, de reconocimiento universal (amigos y adversarios), posteriormente en el año de 1978, durante la guerra entre Rusia y Turquía el imperio otomano declaró que utilizaría el símbolo de la media luna roja sobre fondo blanco, lo anterior porque el gobierno consideraba que se herían las susceptibilidades de los soldados musulmanes, por lo que mientras duraba dicho conflicto bélico se aceptó de manera provisional dicho símbolo, con el paso del tiempo y en vista de la identidad religiosa de países musulmanes mientras trascurría ahora la Primera Guerra Mundial en 1914, el símbolo fue incluido dentro de los estatutos universales, trayendo consigo posteriormente la negación para aceptar el símbolo por países como; Egipto, Turquía y Persia, hasta que finalmente se decidió en el año 2005 incluir un nuevo símbolo: el diamante rojo. Después de varias conferencias diplomáticas, Magen David Adom, fue incluido con reconocimiento internacional al aceptar firmar el uso de dicho símbolo, resolviéndose 77 años de conflictos por símbolos de carácter religioso inaceptados por estas entidades.
Actualmente la Cruz Roja y la Media Luna Roja se desempeña también en el desarrollo programas de ayuda para atender a todas aquellas personas que los necesitan y no disponen de recursos para ello.
En el marco del 8 de mayo, no quise dejar pasar esta oportunidad para recordar que en nuestro país, la Cruz Roja Mexicana se fundó hace poco más de 108 años (exactamente un 21 de febrero de 1910), siendo una institución cuyo único objetivo consisten en apoyar a las personas que se encuentran en medio de una emergencia o situación de desastre, para posteriormente llegar a nuestras manos y recibir una atención profesional y humana junto con una alta especialización técnica. Colaboramos de manera conjunta para ayudar a nuestros hermanos y pacientes a restablecer su salud en el más alto nivel posible. De tal modo, debemos sentirnos orgullosos de contar con un colaborador y un aliado que ha estado con nosotros desde ese entonces para ayudar en momentos difíciles y que sin lugar a dudas resulta al día de hoy imprescindible el contar con los servicios que ofrece a toda la población.
Bajo el lema característico de esta organización; “Tutti Fratelli” (Todos hermanos), es como la Cruz Roja Mexicana, tan solo el año pasado (2017), atendió a un total de un millón 126 mil 750 personas en los sismos del 7 al 19 de septiembre, así como atenciones en materia de:
- 1, 415,931 servicios de ambulancia gratuitos.
- 5,493,050 pacientes atendidos.
- 59 toneladas de ayuda humanitaria.
- 93,822 atenciones asistenciales.
- 2, 428,585 beneficiados.
Fuente: https://www.cruzrojamexicana.org.mx/transparencia