La actual pandemia de covid-19 ha generado afectaciones en diversos rubros. Dentro de los más notorios es que ahora las personas tienen miedo de acudir de manera presencial a los hospitales. Como consecuencia, en países como México se ha visto una reducción de hasta el 60 por ciento en la donación de órganos. Por eso ahora es importante explorar otras alternativas para ofrecer esperanza a las personas que están en la lista de espera. Una de las más interesantes es el impulso de los xenotrasplantes y aunque algunos ya se han llevado a cabo todavía quedan muchas preguntas por resolver.
El surgimiento de nuevas opciones para ayudar a las personas que requieren de un trasplante de órganos no debe desincentivar su donación, consideró Rubén Argüero Sánchez, jefe del Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina de la UNAM.
¿Qué son los xenotrasplantes?
El pasado 11 de enero, la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, dio a conocer que se realizó el primer trasplante en el mundo de un corazón de cerdo, genéticamente modificado, a un hombre de 57 años con una insuficiencia cardíaca intratable. Para este proceso se contó con la participación de la empresa Revivicor Inc.
Al momento de hacer el anuncio el paciente tenía tres días de sobrevivir con el órgano, lo que muestra que funciona sin ser rechazado inmediatamente por el cuerpo. Pero para ser considerado un procedimiento exitoso, precisó el investigador universitario, se necesita esperar al menos 100 días.
“Esta noticia rápidamente estimula a continuar la investigación, no podemos decir que es un éxito. Hay que esperar prudentemente, aquí la palabra prudencia debe ser primero, pues hacer xenotrasplantes no es sencillo. Genera una serie de problemas que incluyen bioética, respeto a los animales, y muchísimas cosas más”.
Actualmente, el 10 por ciento de los pacientes en el mundo inscritos en la lista de espera para recibir un órgano mueren por la falta de donaciones. En especial de riñón, órgano cuya falla causa insuficiencia renal, que requiere hemodiálisis y tiene múltiples consecuencias para el afectado.
Historia de los xenotrasplantes en la donación de órganos
No es la primera ocasión en que se ha intentado realizar un procedimiento de este tipo, precisa el investigador reconocido por ser el primer latinoamericano en realizar un trasplante de corazón. Aunque hasta ahora, desafortunadamente los pacientes en quienes se puso un órgano de origen animal no tienen una supervivencia mayor a 30 días.
El sueño de trasplantar órganos animales funcionales al humano tiene más de tres décadas y se ha visto que el cerdo es filogenéticamente más cercano al humano. Por eso de este animal se ha aprovechado el pericardio para construir válvulas cardíacas; la uretra, para usarla en el hombre; e islotes de páncreas, es decir, se han aprovechado ya varios tejidos.
Antes del 2000 se intentaron trasplantes de riñones de chimpancés y otros primates cercanos. Pero lamentablemente los pacientes fallecieron, precisó el investigador.
En sus granjas, la empresa produce corazones, lóbulos pulmonares y riñones pero el costo de mantenimiento es sumamente elevado debido a los cuidados que requieren los animales. Algo que difícilmente un sistema de salud público podría pagar.
“Decir que ya se tienen cerdos y órganos desmotivaría la donación y ese es un problema mundial, especialmente cuando se trata de riñón, hígado, corazón, páncreas y todo lo demás. El órgano que se requiere en una cantidad enorme es el riñón. Hay que cuidar mucho esto”.
Tampoco se deben dejar de lado los riesgos y costos que significa el mantener una granja con animales libres de virus, bacterias o que sean capaces de modificarlos para que los órganos no sean rechazados, así como que el órgano tenga el tamaño y características requeridas. Ahí es donde radica también la oportunidad que se le dio al paciente en Estados Unidos.
Parte de las preguntas de este trabajo que aún hay que responder es el por qué funciona en unos casos y en otros no. Se cree que las células madre estimulan la reprogramación celular y la respuesta de tejidos como el corazón, alguna región del pulmón y páncreas, pero es parte de lo que se debe indagar aún.
En un artículo publicado por Argüero Sánchez, en la Gaceta Médica de México, es Uruguay la nación de América Latina que tiene la mayor tasa de donación de órganos, seguida por Brasil y Argentina, mientras que nuestro país se encuentra en la novena posición.
Además, el Observatorio Global de Donación y Trasplantes reporta que en 2019 (año sin pandemia) en México se realizaron 3 mil 242 trasplantes de diferente tipo, cifra que se redujo a 994 en 2020.