Brasil es fácilmente uno de los países más afectados por el virus del zika. Entre 2015 y 2016, la nación latinoamericana registró más de tres mil casos de niños nacidos con enfermedades congénitas provocadas por el patógeno, entre ellas la microcefalia, así como otras complicaciones durante el parto que pusieron en riesgo la vida del infante y/o la madre.
Recientemente, un estudio realizado por la Facultad de Medicina de San José de Río Prieto parece indicar que la situación del zika en Brasil podría volverse mucho más grave de lo que fue hace dos años. La institución afirma que el virus podría haberse extendido entre la vida silvestre del país, particularmente entre ciertas especies de primates. Macio Lareda, coordinador de la investigación, afirma que el patógeno fue detectado en una población de macacos en el sudeste.
El descubrimiento indica que existe el potencial de un ciclo silvestre para el zika en Brasil, como sucede con la fiebre amarilla. Eso cambia completamente la epidemiología [del virus], porque pasa de existir una reserva natural a partir de la cual el patógeno puede infectar mucho más frecuentemente a la población humana.
Si bien ya se había detectado anteriormente el virus del zika en otras poblaciones de macacos que vivían cerca de los asentamientos humanos, particularmente cerca del estado de Ceará, jamás se había presentado un caso de epidemia entre la población silvestre. Niko Vasilaks, de la Universidad de Texas, comentó que este descubrimiento debe ser tomado en cuenta en el futuro para desarrollar políticas públicas y vacunas que permitan un mejor control de la enfermedad.
Una investigación publicada en agosto pasado por los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) apuntaba que hasta el 14 por ciento de los bebés nacidos de mujeres con zika terminaban por desarrollar problemas de salud a largo plazo. Debido a la relativa juventud de la enfermedad, no se sabe exactamente qué tan profundos serán los daños congénitos conforme estos infantes crezcan y maduren.