- Las entidades con más casos registrados en México son Veracruz, Quintana Roo, Ciudad de México y Puebla.
- La depresión que desarrollan las personas con VIH provoca que aumente de forma exponencial su riesgo de cometer suicidio.
- Aunque todavía no existe una cura contra el VIH, gracias al desarrollo de antirretrovirales ya no es una infección mortal sino tratable.
Existen enfermedades demasiado complejas que todavía no son comprendidas por completo. En el caso del VIH, muchas veces solo se mencionan sus efectos físicos pero se ignoran los mentales como el alto riesgo de cometer suicidio. Por lo tanto, es un rubro que vale la pena explorar debido a sus consecuencias.
Al respecto, uno de los grandes problemas de esta infección es que a la fecha no existe una cura. Aunque gracias a los avances conseguidos ya no es una enfermedad mortal sino tratable. De cualquier forma, todavía falta mucho por hacer si se quieren revertir las cifras de nuevos contagios.
Por su parte, la Secretaría de Salud (SSa) afirma que desde 1983 hasta el 2022 se han reportado un total de 341,313 casos de VIH en México. Los estados con mayores contagios registrados son Veracruz, Quintana Roo, Ciudad de México y Puebla.
VIH y suicidio, una relación bastante cercana
Ahora bien, uno de los mayores efectos que provoca el VIH es aumentar el riesgo de cometer suicidio. De acuerdo con el estudio “Associated Factors of Suicidal Thoughts in HIV-Positive Individuals” existen diferentes factores que propician este tipo de comportamiento en las personas. Los principales son los trastornos mentales como la depresión y la ansiedad, desesperanza, la gravedad de la enfermedad y factores socioeconómicos y demográficos.
De acuerdo con la investigación realizada en 2021 por la Escuela de Medicina de la Universidad Penn State, las personas con VIH son 100 veces más propensas a morir por suicidio en comparación con la población en general. El estudio afirma que una de cada dos personas con VIH tiene un intento de suicidio y de cada 13 intentos uno resultará en muerte.
Vivir con una enfermedad inmunodeficiente
El virus de la inmunodeficiencia humana o VIH es un microorganismo que ataca el sistema inmunitario, haciendo más susceptible al cuerpo de contraer enfermedades o infecciones. Cuando las personas no reciben tratamiento oportuno, la multiplicación del virus puede llegar a deteriorar al sistema inmune y vulnerar al individuo.
Sin embargo, la detección y el tratamiento temprano puede hacer más lenta o prevenir la progresión de la enfermedad. El SIDA es la última fase de la infección por VIH y es la más grave puesto que es donde el sistema inmunitario está más dañado y las personas pueden contraer mayores infecciones u otras enfermedades graves, resultando en muerte.
Estigma y discriminación relacionados con el VIH
Si bien mantener la salud se vuelve una prioridad, muchas veces también se generan temores respecto a la respuesta social, el estigma y la discriminación que pueden vivir por ser personas con VIH.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) afirma que las personas con VIH son de los grupos más vulnerables y violentados debido al tabú o estigma que existe alrededor de esta enfermedad, ocasionando ser víctimas de discriminación ya sea evitándoles o negándoles en su círculo social, laboral e incluso en el familiar. Este tipo de actitudes tienen un impacto negativo en la salud y el bienestar de las personas e incluso pueden vulnerar sus derechos humanos.
También lee:
OMS presenta nuevo objetivo: Acabar con el VIH infantil para el 2030
Las 3 principales pruebas para la detección oportuna del VIH
Directrices actualizadas: OMS recomienda un nuevo fármaco inyectable para la prevención del VIH