La adopción de tecnología ha resultado fundamental para la atención integral en la salud de las personas. Desde antes de la pandemia de COVID-19, la mayoría de los profesionales de la salud ya brindábamos asesoramiento médico a través de herramientas de telemedicina, como llamadas telefónicas o mensajes de texto. La pandemia ha reafirmado la importancia y utilidad del uso de este tipo de plataformas de comunicación más las videollamadas para brindar atención médica sin exponer de manera innecesaria a los pacientes y sus familias.
¿Qué es exactamente la telemedicina?
Es el uso de información médica que se intercambia a través de una comunicación electrónica para dar atención médica y mejorar la salud de una persona cuando la distancia separa a los participantes. El departamento de salud y servicios humanos de Estados Unidos estima que más del 60% de las instituciones de salud usan alguna forma de telemedicina.
Dentro de ella existen varias herramientas y servicios. En el caso específico de las videoconsultas, éstas permiten brindar asesoramiento médico (servicio) a través de plataformas de comunicación (herramientas) que permiten la interacción por videollamada entre profesionales de la salud y pacientes.
¿Cuándo sí y cuándo no?
Como profesionales de la salud, más de una vez nos hemos preguntado qué cosas podemos resolver por videollamada sin poner en riesgo la salud de los pacientes. De manera general, podemos dividir las consultas médicas en preventivas, atención de padecimientos agudos no urgentes, seguimiento de enfermedades crónicas, atención de condiciones urgentes y emergencias médicas. Mientras que las cuatro primeras pueden ser brindadas y resueltas de forma ambulatoria, las emergencias deben atenderse en un hospital.
¿Cuál es la diferencia entre atención médica urgente y emergencia médica?
En términos generales, la atención médica urgente se destina a padecimientos que requieren de una atención rápida, pero que no ponen en peligro la vida del paciente. Por otro lado, las emergencias médicas incluyen condiciones en las que el retraso en la atención pueda causar un daño permanente o la muerte.
En la siguiente tabla se enlistan algunos de los padecimientos que ejemplifican escenarios de urgencias y emergencias médicas.
Ejemplos de padecimientos médicos urgentes y emergencias médicas
Se estima que hasta el 75% de las consultas presenciales, atención médica urgente y visitas a la sala de emergencias pueden ser manejadas de forma segura y efectiva por teléfono o videollamada. Como referencia, el 74% de los pacientes en Estados Unidos se siente cómodo comunicándose con su médico a través de una plataforma en lugar de verlo en persona.
Con un buen cuestionario médico es posible brindar consultas por videollamada de prevención, seguimiento de enfermedades crónicas, padecimientos agudos y condiciones que requieren atención urgente pero que no necesiten exploración física para lograr el diagnóstico o cuyos hallazgos modifiquen el tratamiento. Además, existen dispositivos médicos (oximetros de pulso, termómetros, esfigmomanómetros digitales, etc) y de uso común (celulares) que permiten el intercambio de datos más objetivos como signos vitales, fotografías y estudios de laboratorio que ayudan a complementar la historia clínica y a descartar que no se trate de una emergencia médica.
Cuando sí es una emergencia, las videoconsultas no deben ser usadas más que para dar recomendaciones iniciales e indicaciones precisas que permitan a los pacientes trasladarse al hospital de la manera más adecuada, ya que el retraso en su atención pone en riesgo su salud y puede tener consecuencias mortales.
En conclusión, el crecimiento en el uso de la tecnología en la última década hace posible dar acceso al cuidado de la salud en formas que antes no hubiéramos pensado. No todas las consultas son apropiadas para la telemedicina, ésta no es para todos los pacientes ni para todos los profesionales de la salud, porque, como todo en medicina, nada es una receta de cocina. Es importante considerar qué padecimientos son posibles resolver al tomar en cuenta las actividades que cada médico realiza en su práctica diaria, así como las barreras de comunicación e implementación que pueden existir con algunos pacientes. A pesar de esto, las videoconsultas son un complemento viable que mejora el acceso a la atención médica y que potencialmente pueden mejorar la experiencia de los pacientes y profesionales de la salud. Las videoconsultas llegaron para quedarse.
Fuentes:
1. Tuckson RV, Edmunds M, Hodgkins ML. Telemedicine. N Engl J M 2017; 377:16
2. https://newsroom.cisco.com/press-release-content?type=webcontent&articleId=1148539