El glioblastoma (GBM) es la forma más común de los tumores cerebrales primarios. Aunque puede ser eliminado por cirugía, radiación o quimioterapia, su tasa de reaparición es del 100 por ciento y la esperanza de vida, tras el diagnóstico, se promedia en 14 meses. No obstante, esto podría cambiar gracias a un tratamiento alternativo para esta enfermedad, el cual estaría escondido dentro del virus del zika.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista mBio, una posible vacuna contra el zika, desarrollada a partir del virus atenuado y modificado genéticamente, demostró una alta efectividad en la eliminación de GBM en modelos animales, incluyendo la destrucción de las células madre características de este tipo de tumor, que le otorgan su capacidad de reaparición y expansión.
Los investigadores detrás del desarrollo, un equipo multinacional con representantes de la Academia de Ciencias Médicas Militares y el Centro Nacional de Análisis Biomédico en China, así como de la Universidad de Texas, descubrieron en 2017 que el virus del zika es efectivo para infectar y matar células precursoras natales y células madre neuronales.
De tal manera, se razonó que, al contar las células GBM con una estructura similar a las de estas células precursoras y madre, se podría utilizar una versión modificada del zika (la vacuna ZIKV-LA) como un tratamiento alternativo. Durante las pruebas se inyectó el fármaco directamente en el cerebro de ratones, sin que se registraran daños o comportamiento anormal en el grupo de control.
Tras administrar esta versión modificada del virus del zika, el tamaño de los tumores en el grupo experimental de ratones se redujo significativamente. Análisis del tejido de los animales reveló que las células madre GBM fueron infectadas y eliminadas por la vacuna, sin afectar a los sistemas neuronales sanos. Estos resultados también extendieron el tiempo de supervivencia.
Tras analizar los resultados, el equipo de investigadores concluyó que la vacuna contra el zika también provocó una fuerte reacción inmune en el sistema. La reacción antiviral desencadenada por este proceso provocó una inflamación que también contribuyó a la eliminación de las células GBM. Los investigadores pretenden trabajar con médicos clínicos para mejorar la eficacia y la seguridad del fármaco en pacientes humanos.