Existen problemas de alta incidencia que la mayoría de la población ignora por falta de información. Uno de los casos más claros es la enfermedad de ojo seco que afecta a casi el 90 por ciento de los mexicanos. El inconveniente es que muchos lo padecen y no lo saben porque ignoran cómo se puede detectar, además de que sus molestias pueden ser leves en sus primeras etapas. Aunque cuando no se atiende a tiempo puede evolucionar y causar graves alteraciones en la visión.
Principales síntomas
Para empezar se debe señalar que este problema se manifiesta con síntomas como ardor, picazón, sensación de arenilla en el ojo, enrojecimiento, fatiga ocular, molestia a la luz y visión borrosa. Mientras que Cristina Pacheco, gerente regional médico de APEC Hospital de la Ceguera, afirma que el lagrimeo excesivo también forma parte de la sintomatología.
En ese sentido, la especialista en oftalmología y cirugía de córnea agrega que para que los ojos tengan un funcionamiento adecuado las lágrimas son fundamentales. Aunque si presentan problemas en su producción se afecta la superficie ocular, lo que impide que haya lubricación y protección. Esto ocasiona malestar e inestabilidad de la película lagrimal con posibles daños visuales en los casos más severos.
Es importante mencionar que existen diversos factores que pueden generar la enfermedad de ojo seco. Van desde edad avanzada, cambios hormonales, consumo de algunos medicamentos o cirugías oculares hasta la presencia de padecimientos sistémicos o autoinmunes. También la exposición al aire acondicionado o calefacciones, el uso inadecuado de lentes de contacto, el tabaquismo, entre otros.
Aumentan casos durante la pandemia
Además, una de las causas que provoca este problema tiene relación con la situación que se vive por la pandemia de Covid-19. Se trata de la utilización incorrecta del cubrebocas debido a que el aire de la exhalación se filtra por la parte superior de la mascarilla. Cuando eso ocurre pasa por la superficie del ojo y provoca que la lágrima se evapore, lo que aumenta la irritación y la sequedad ocular.
El tratamiento más común para el ojo seco son las gotas oftálmicas o lágrimas artificiales; sin embargo, hay diferentes tipos de ojo y también existen medicamentos, procedimientos y recomendaciones que solo se pueden evaluar en el consultorio. Para ayudar a la producción y segregación de más lágrimas y a la disminución de la irritación e inflamación ocular, es de suma relevancia acudir a una consulta oftálmica y prevenir cualquier complicación.
Finalmente, la máxima recomendación es acudir con un oftalmólogo al menos una vez por año. No es necesario presentar síntomas o molestias porque cualquier día del año es ideal para asistir a una revisión. De esta manera se pueden identificar diversos problemas desde sus primeras etapas para evitar su posterior evolución.