En México, los paros cardíacos son responsables de entre 33 mil y 150 mil muertes cada año y, junto con otras enfermedades isquémicas del corazón, representan la principal causa de muerte en el país. Además de la reanimación cardiopulmonar, otra técnica frecuentemente utilizada para tratar este tipo de complicaciones es la administración de epinefrina al paciente.
Sin embargo, un estudio realizado por investigadores de Inglaterra y Gales patrocinado por el National Institute of Health Research descubrió recientemente que utilizar adrenalina en paros cardíacos podría ser contraproducente para el bienestar del paciente a largo plazo. Si se utiliza epinefrina como tratamiento, se corre el riesgo de provocar daño cerebral severo.
La prueba, realizada en el transcurso de tres años, examinó el desarrollo de poco más de 8 mil personas con paros cardíacos extrahospitalarios. 4 mil de ellos recibieron, además de los cuidados estándar, epinefrina parenteral como tratamiento para su complicación. Al resto se les administró, en lugar de adrenalina, un placebo salino.
Cuando se analizaron las capacidades neurológicas de quienes habían sobrevivido hasta el alta hospitalaria, se detectó que al menos 31 por ciento de quienes recibieron epinefrina como tratamiento para los paros cardíacos, registraron un daño cerebral grave (con un puntaje de cuatro o cinco en la escala de Rankin modificada). En el grupo de quienes recibieron el placebo, la tasa de incidencia de este fenómeno fue de únicamente 17 por ciento.
Aunque no se tiene una explicación clara sobre qué causa éste fenómeno, los responsables del estudio (publicado en The New England Journal of Medicine) teorizaron que la adrenalina, mientras aumenta el flujo de los vasos sanguíneos grandes para intentar reactivar el corazón en paros cardíacos, también puede deteriorar vasos sanguíneos muy pequeños y por consiguiente generar daño cerebral.
A pesar del mayor riesgo de sufrir daño cerebral, el uso de adrenalina en paros cardíacos demostró ser también muy efectivo en tratar este tipo de incidentes fuera de las clínicas. En la conclusión de su estudio, los investigadores afirman que el grupo de personas tratadas con epinefrina tuvo mayor tasa de supervivencia después de 30 días (3.2 por ciento) frente a los individuos atendidos con el placebo (2.4 por ciento).