En la Universidad de Florida Central (UCF, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, un profesor ha usado la luz para vigilar la sangre de pacientes quirúrgicos a fin de que, en algunas situaciones, sea posible olvidarse de los tradicionales análisis sanguíneos.
La tecnología desarrollada por Aristide Dogariu emplea fibra óptica para transmitir luz a través de la sangre de la persona e interpretar las señales que se recuperan.
William DeCampli, quien ayudó a desarrollar esta opción y además es jefe de cirugía cardíaca pediátrica en el Arnold Palmer Hospital for Children, explicó:
Veo que la técnica tiene absoluto potencial en el cuidado intensivo, donde puede ser parte para salvar las vidas de pacientes críticamente enfermos con todo tipo de trastornos.
Para los cirujanos, la coagulación es fuente de preocupación, especialmente en intervenciones cardiovasculares, de modo que incluso administran anticoagulantes y toman muestras para analizar la sangre en laboratorio, un proceso que resulta lento y del cual no hay actualización.
No obstante, usando fibra óptica, Dogariu desarrolló una máquina capaz de tocar directamente los tubos de la “máquina corazón-pulmón”, cuyo haces se iluminan en la sangre que pasa a través del tubo y detectan la luz a medida que rebota para determinar la rapidez con que los glóbulos rojos están vibrando, de tal forma que una vibración lenta es un signo de que el vital líquido se está coagulando y, por tanto, se requiere medicamento.
Los avances fueron dados a conocer por recientemente en la revista Nature Biomedical Engineering.
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