Recientemente se dio a conocer que una facultad médica en Japón reprobó intencional y sistemáticamente a la mayoría de las candidatas que aplicaron para obtener un lugar dentro de la institución educativa. De acuerdo con AP, la escuela actúo de dicha manera con el objetivo de evitar que en un futuro las doctoras abandonaran su profesión para cuidar de su familia y ocasionaran un problema de falta de personal en los hospitales.
La información fue originalmente difundida por el periódico Yomiuri y ha sido replicada por otros medios japoneses, como la televisión pública NHK y la agencia Kyodo News. De acuerdo a fuentes que permanecen anónimas, la Universidad Médica de Tokio habría alterado los resultados de las mujeres desde 2011 para mantener la tasa de éxito de las solicitantes por debajo del 30 por ciento.
De acuerdo con estos medios japoneses, esta práctica comenzó a partir que la universidad detectó, en 2010, que el 38 por ciento de las mujeres consiguieron pasar el examen de admisión. La televisora NHK afirma que, según declaraciones de fuentes anónimas, los resultados de las alumnas podrían haber sido recortados en hasta 10 por ciento de su valor original.
El escándalo surgió al mismo tiempo que uno de los exdirectores de la universidad fue acusado de aceptar el ingreso del hijo de un burócrata de alto nivel en el sistema de educación a cambio de un favor. El departamento de asuntos públicos de la institución se dijo sorprendido de las acusaciones por discriminación a mujeres, pero aseguró que revisarían la situación.
Registros de admisión de la escuela revelan que la tasa de admisión de las mujeres a la Universidad Médica de Tokio se colocó en apenas 18 por ciento en 2018. Este año, la tasa de aceptación de candidatos hombres fue de 8.8 por ciento con respecto al total de los solicitantes, comparado con el 2.9 por ciento de la población femenil.