A través de un comunicado, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó que la oxitocina actúa como potencial analgésico par reducir el dolor crónico en pacientes con cáncer, hallazgo que contribuiría a ofrecerles mejor calidad de vida.
Miguel Condés-Lara, quien dirige al equipo de investigadores del Instituto de Neurobiología (INb), explicó que, si bien los fármacos de primera línea son útiles para aliviar el malestar, provocan efectos adversos como sedación, ya que se tiende a aplicar mayores dosis de forma gradual.
La oxitocina es un péptido sintetizado por el organismo humano en el núcleo paraventricular y en el supraóptico del hipotálamo, el cual, según los resultados del estudio publicado en CNS Neuroscience and Therapeutics, mediante administración epidural actuaría como analgésico con efectos similares a la morfina, pero sin producir sus efectos adversos.
Tras descifrar la estructura química de la oxitocina en 1953, las farmacéuticas comenzaron a sintetizarla para producir medicinas que ayudaran a facilitar el parto, la lactancia y detener el sangrado uterino, no obstante, sus efectos en el organismo humano dependerían de la vía de administración, explicó Abimael González-Hernández, coautor de la investigación universitaria:
Esta neurohormona tiene receptores tanto en el sistema nervioso (cerebro y médula espinal) como en la periferia (útero), por lo que el efecto depende de la vía de administración. Para la inducción del parto en mujeres embarazadas es por vía intravenosa, mientras que nosotros la inyectamos en el espacio epidural, entre las meninges y las vértebras a nivel lumbar, cerca de la médula espinal.
Recordó que el dolor crónico es síntoma prevalente en más del 70 por ciento de los pacientes con cáncer avanzado, el cual indica peligro, no obstante, al ser constante puede convertirse en enfermedad.
El Laboratorio de Dolor y Epilepsia del INb, dirigido por Condés-Lara, se encuentra en Juriquilla, Querétaro, y tiene más de dos décadas dedicadas al estudio de los mecanismos analgésicos descendentes (sistemas que el cuerpo activa normalmente para modular el dolor), especialmente al sistema oxitocinérgico.
Aunque aún faltan estudios para llevar este hallazgo a los pacientes oncológicos, los investigadores han considerado que administrar “esta neurohormona epiduralmente activa receptores a oxitocina en la medula espinal y bloquea hasta por 12 horas las neuronas que transmiten el dolor de la periferia hacia el cerebro”.
González-Hernández destacó que el dolor producido por cáncer es complejo y difícil de tratar, ya que es una combinación de dolor neuropático, somático e inflamatorio, por lo que se considera área de oportunidad para sustancias que produzcan analgesia sin efectos secundarios.
Al respecto, una gráfica de Statista con información de la investigadora farmacéutica PhRMA, muestra que las medicinas oncológicas en desarrollo están pensadas, sobre todo, para tratar los tumores, no así para aliviar malestares aunados a ellos, como el dolor, pues sólo en 2015 en Estados Unidos se estaban estudiando, por ejemplo, 123 fórmulas para cáncer de pulmón, 106 para leucemia, 92 para linfoma, 92 para cáncer de mama, 58 para cáncer de cerebro, y 53 para cáncer de piel.
Según lo señalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es una de las principales causas de muerte a nivel global, pues sólo en 2012 ocasionó 8,2 millones de fallecimientos.
Imagen: Bigstock