Este 2016 la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estuvo a punto de quedarse sin cadáveres para las prácticas de los estudiantes, de modo que desarrolló un plan para impedir escasez de este recurso.
Actualmente el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo) presta a la universidad cuerpos que no sean reclamados, los cuales son regresado tras su vida útil en las aulas para su entierro en la fosa común, no obstante, si un familiar reclama el cuerpo del fallecido, el anfiteatro debe entregarlo sin demora, lo que puede afectar no sólo la preparación de los médicos en formación, también estudios sobre enfermedades en la población mexicana, los cuales resultan importantes en la medida en que la información disponible sobre patologías proviene de Europa y Estados Unidos.
En 2015 la máxima casa de estudios recibió 300 cadáveres en préstamo, pero en 2016 la cifra se redujo a 170 para un total de mil 800 alumnos de primer ingreso y 12 mil de posgrado.
Por ello, a principios de octubre se presentó el programa Donación de Cuerpos, el cual busca que una persona decida libremente qué ocurrirá con su cuerpo cuando muera.
Antes de implementar esta estrategia, la Facultad de Medicinas había concretado sólo dos trámites de donaciones en un periodo de una década, sin que se le hubiera dado seguimiento a la vida de los donantes, sin embargo, con el lanzamiento del programa 180 personas han firmado para donar sus cadáveres, y 900 se encuentran en lista de espera.
Desde que una persona firma el documento, inicia una larga relación con la Facultad de Medicina, pues anualmente se le realizará una entrevista para dar seguimiento a su estado de salud, algo que no se puede hacer con los cuerpos que llegan del Incifo, además, el donador puede determinar si su cuerpo se usará en prácticas docentes, esto en caso de que quiera que su cuerpo sea devuelto a sus familiares, o bien, dedicarlo a la investigación de tal modo que permanezca indefinidamente en la universidad.
Diego Pineda, jefe de departamento de Anfiteatro de la UNAM, opinó que la donación de cadáveres fracasa con frecuencia porque “los familiares se niegan a cumplir la última voluntad del difunto, por eso es fundamental desarrollar la cultura de la donación” y, pensando en ello, es que en enero de 2017 la facultad impartirá seminarios sobre el tema, los cuales estarán dirigidos a donadores, sus familiares y amigos.
La universidad prevé que los primeros cuerpos donados llegarán a la facultad dentro de seis años.
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