Resistencia bacteriana: la amenaza silenciosa que podría cobrarse 40 millones de vidas para 2050
En las últimas décadas, la humanidad ha enfrentado diversas crisis sanitarias, desde epidemias hasta pandemias globales. Sin embargo, una nueva amenaza ha estado creciendo de forma silenciosa: las infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos. Según un estudio reciente publicado en la revista The Lancet, para el año 2050 estas infecciones podrían causar la muerte de hasta 40 millones de personas, especialmente en regiones como Asia del Sur, América Latina y el Caribe.
Este fenómeno, conocido como resistencia bacteriana, ocurre cuando las bacterias desarrollan mecanismos que les permiten sobrevivir a los tratamientos con antibióticos, volviendo ineficaces a los medicamentos que durante años han salvado vidas. El Staphylococcus aureus (estafilococo dorado), es una de las bacterias que ha incrementado su resistencia en un 90% entre 1990 y 2020. Además, las bacterias gramnegativas resistentes a los antibióticos carbapenémicos también se han propagado, afectando cada vez a más personas.
La crisis de la resistencia bacteriana en el campo de la salud encuentra un paralelismo en la industria agrícola con el uso de pesticidas. A lo largo de los años, el abuso y mal manejo de pesticidas ha permitido que plagas agrícolas evolucionen y desarrollen resistencia a estos productos químicos, lo que lleva a un aumento en las pérdidas de cultivos y la necesidad de soluciones más agresivas y costosas. Tanto en la salud como en la agricultura, el uso excesivo de productos que inicialmente controlaban una amenaza ha resultado en una nueva generación de problemas aún más complejos de abordar.
Al igual que la agricultura está explorando métodos biológicos y sostenibles para manejar plagas, la comunidad científica busca alternativas a los antibióticos, como terapias con fagos, uso de probióticos o el desarrollo de nuevos compuestos antimicrobianos. Sin embargo, la urgencia de abordar esta crisis es vital, ya que el tiempo corre para prevenir las devastadoras consecuencias previstas para el 2050.