Usualmente cuando alguien oye decir a otra persona que canta no se le visualiza realizando una práctica de riesgo; sin embargo, existe un grupo de cantantes que no pueden vocalizar juntos porque podrían morir.
Se trata de un coro el cual está formado por 12 británicos que padecen de fibrosis quística, padecimiento que de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a una persona por cada 15 mil habitantes.
Como seguramente sabes, quienes padecen esta enfermedad acumulan en los pulmones, el páncreas, el hígado y el intestino, un moco espeso que deja a los órganos muy vulnerables a infecciones, las cuales si no se tratan incluso podrían causar la muerte.
Por si fuera poco, la enfermedad puede resultar sumamente peligroso cuando dos personas que la padecen se juntan, pues es contagiosa. Algunas bacterias, como la Burkholderia cepacia complex y la Pseudomonas aeruginosa pueden pasarse entre personas por contacto directo, pero también al compartir una sala, habitación, equipo médico, cubiertos o utensilios de cocina.
No podemos estar en la misma habitación a la vez. Si lo hiciéramos podría haber consecuencias muy graves y nos pondríamos muy enfermos, explicó Bianca Nicolas, la creadora del coro.
Por ésta razón armar la agrupación fue sumamente complicado pues para grabar una canción los productores tenían que limpiar a profundidad todas las superficies, aspirar los cubículos y paredes para luego dejar un intervalo de al menos dos horas entre la salida de un cantante y la llegada de otro para garantizar su seguridad.
Lamentablemente esta enfermedad la mayoría de las veces es mal diagnosticada porque suelen confundirla con asma, según cifras de la Asociación de Fibrosis Quística en México nacen cada año 300 niños y niñas con este mal y aproximadamente 85 por ciento mueren antes de los 17 años sin haber conocido su padecimiento.
Es una enfermedad que en México los doctores no saben detectar ni tratar, para la cual no se cuenta con infraestructura de diagnóstico ni de atención y que se convierte en una pesada carga física, económica y emocional para el paciente y sus familiares, asegura Guadalupe Campoy, directora de la Asociación Mexicana de Fibrosis Quística AC, pionera en la atención de esta enfermedad en el país.