Si a tu consulta llegara una madre con un bebé de ocho meses de edad cuyos principales síntomas incluyen fiebre alta, erupciones en la piel, carácter apático e introvertido, ¿qué le dirías?
Con frecuencia, en la práctica médica las cosas no son lo que parecen, y esto fue lo que comprobó una mujer de Estados Unidos que llevó a su pequeño hijo con el pediatra al notar que se encontraba mal de salud.
El diagnóstico que recibió fue “infección viral” por el que sometió al infante a tratamiento, no obstante, éste no mostró mejoría, de tal suerte que buscó una segunda opinión que coincidió con la del primer médico, sin embargo, el resultado fue el mismo y comenzó su peregrinar entre pediatras hasta que sumó cinco consultas con diferentes galenos que llegaron a diagnósticos, tratamientos y resultados similares.
En su desesperación, la mujer optó finalmente por llevar a su hijo al servicio de urgencias del Miller Children’s Hospital, en Long Beach, donde una radiografía reveló que el paciente tenía un cuerpo extraño alojado en la garganta: se trataba de una moneda de un centavo.
Los médicos detectaron el origen de su afección luego de 37 días, ya que nadie pensó en la posibilidad de que el pequeño hubiera tragado un objeto de este tipo y menos aún que hubiera permanecido dentro de su cuerpo durante tanto tiempo, pues en el 80 por ciento de los casos un cuerpo extraño suele ser eliminado a través de las heces, en el 19 por ciento de ellos los pacientes pediátricos son sometidos a una incisión para removerlo, y sólo en el 1 por ciento de los casos es necesaria una intervención quirúrgica para extraer el objeto, como ocurrido en esta ocasión.
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