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TV en la sala de espera, ¿cortés amenidad o distractor del buen servicio?

Contar con televisor en la sala de espera puede ser un buen detalle para tus pacientes, pero también puede ser un distractor para tu equipo de trabajo.

Recientemente tuve la oportunidad de encontrarme en la sala de espera de un prestigioso neurólogo especializado en la atención cálida y efectiva de pacientes de la tercera edad; supongo que la mayoría de ellos padecen Alzheimer, mientras que otro tanto sufrirá de Parkinson o alguna otra condición propia de la edad. Cada uno de los pacientes se encontraba escoltado por sus respectivos acompañantes, por lo que la sala se encontraba abarrotada.

El tiempo dedicado a la consulta y la calidad humana del médico en cuestión son generosos y con excelencia, inclusos sus instalaciones cuentan con adecuaciones como rampas o pasamanos especiales, mismos que facilitan el tránsito con los pacientes.

Como buen crítico de este tipo de servicios me llamó especialmente la atención la colocación y ángulo de fijación que posee el televisor de la sala de espera, pues no queda claro si la intención es hacer más corta la espera de pacientes y acompañantes o entretener a la recepcionista con sus programas y novelas favoritas a costa de su distracción, pues cada vez que timbra el teléfono muestra su molestia al contestarlo, además de recibir con cara de interrupción a cuanto paciente llega en lugar de darle una cordial bienvenida.

Hoy día es muy complicado contar con esta amenidad y complacer a todos con la programación que ahí se exhibe, pues existen decenas de canales disponibles y gustos tan variados que harían imposible definir el contenido preciso que pudiera ser del gusto de todos; sin embargo, lo que sí es posible es tener un quinteto de opciones en cuanto a contenidos probables, los cuales no necesariamente serán tu serie favorita, pero lograrán el objetivo de entretener a tus visitantes.

Sugiero sin embargo, no sintonizar contenidos que impliquen continuidad, como son novelas o series, pues para poder disfrutar de éstos es necesario (en la mayoría de los casos) conocer la trama y a los personajes. Tampoco sugiero contenidos médicos, sangrientos o de emergencias, pues éstos podrán alterar la paz de los pacientes. El mejor tipo de contenidos son los de tipo documental, programas neutros de cultura o turísticos; o bien dibujos animados (contenido que particularmente disfruto mucho en los aviones) los cuales pueden ser vistos por niños y disfrutados por adultos mayores con problemas sensoriales… o para cualquiera que quiera matar el tiempo en realidad.

Normalmente la población joven ya no necesita al televisor, pues poseen los teléfonos inteligentes o pantallas personales; sin embargo ocasionalmente alguien olvida su equipo o no trae batería suficiente y es menester proporcionarle un pasatiempo.

Por último sugiero ser muy claros y enfáticos con el personal para que no se distraigan, pues si el contenido televisivo resulta relevante para ellos(as) dejarán de hacer su trabajo y atender con esmero a los pacientes por no estar atentos a la “caja de los monitos”, la cual no cumple con otra función que mesmerizarles y repercutir negativamente en la calidad del servicio de nuestras áreas y personal de atención al público.

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