Los espacios de trabajo han evolucionado rápidamente. Esto es, en parte, porque las nuevas generaciones comenzaron a sumarse a la vida laboral. Con ellas, también se explora una forma distinta de concebir la productividad. Dentro de dicho contexto, el pilar humano y los colaboradores son cruciales para el desarrollo. Especialmente, dentro del sector salud.
En este nuevo panorama, los colaboradores médicos necesitan ciertos elementos para expresar su máximo potencial. Una de las más importantes es la confianza. Este factor implica que las personas se sienten empoderadas para hablar y comentar. Sin importar su posición o rol, saben que si expresan sus preocupaciones e ideas, éstas serán oídas. Así, se alcanza una seguridad psicológica dentro del espacio de trabajo.
¿Por qué es importante que haya seguridad psicológica para los colaboradores de la industria de la salud?
Cuando este tipo de confianza existe en el sector médico, la calidad de la atención aumenta. Los colaboradores en un espacio psicológicamente seguro lo intentan con más ganas. Se fomenta un interés por aprender, por la excelencia y el apoyo a los demás. Por el contrario, cuando no se fomenta esta protección, aparecen vicios. La gente está más preocupada en que todo luzca “bien”.
El problema de preocuparse por las apariencias, es que no se fomenta un cambio de fondo. Los colaboradores tienen miedo avergonzarse o ser castigados. Por eso, no señalan errores ni dan ideas nuevas. No solo se pueden perder grandes oportunidades. Incluso, se siguen cometiendo equivocaciones graves, incluso después de haberse detectado.
Sin embargo, hay formas simples de crear confianza entre los colaboradores. Primero, se debe reafirmar a cada miembro del equipo que su opinión es importante. También, se debe dejar muy en claro que la operación del centro médico es frágil. Sin la cooperación sincera de todos los colaboradores, puede caerse fácilmente. Después, se debe pedir proactivamente la participación.
Una vez que se agarre carrera en esta confianza, hay que cuidarla celosamente. En este sentido, lo más importante es no desmotivar a los colaboradores. Cada que lleguen con un comentario o sugerencia, incluso si es negativo, no hay que tomarlo agresivamente. Al contrario, se debe de apreciar la retroalimentación. De lo contrario, los avances simplemente pueden desaparecer.