Seguramente pocos se imaginaron que un magnate en la tercera edad, sin experiencia política, llegaría algún día a ocupar la Casa Blanca de los Estados Unidos, sin embargo, este 20 de enero de 2017 la realidad superó a la fantasía, pues Donald Trump, el millonario de los bienes raíces asumió formalmente el gobierno de esta potencia mundial invistiéndose como su presidente número 45.
Resulta inusual que en un país con historia democrática de más de 220 años, decenas de congresistas intentaran boicotear el evento de toma de protesta de un presidente electo por voto popular y que haya tantas protestas callejeras en medio de señalamientos que se refieren a la participación de hackers rusos en las elecciones que le dieron el dieron el triunfo a Trump, quien en junio próximo cumplirá 70 años de edad.
Aunque analistas opinan que es prematuro determinar si el presidente republicano se convertirá en una amenaza para el propio pueblo estadounidense puesto que existen límites establecidos por por la Constitución, lo cierto es que su carácter y afinidad hacia las políticas proteccionistas de mercado pueden afectar a muchas industrias al interior y al exterior del país, así como dañar relaciones internacionales.
En este sentido, cabe destacar que una de las que ha resentido su comportamiento ha sido la farmacéutica, que en principio sintió alivio por no tener que enfrentar las medidas promovidas por la candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, no obstante, Trump ha dado giros que la han golpeado aun sin siquiera haber comenzado a gobernar.
Este miércoles, por ejemplo, a escasos dos días de relevar oficialmente a Barack Obama, acusó a la industria farmacéutica estadounidense de ser un “desastre” al vender medicinas fabricadas en el extranjero, asegurando que no permitiría que saliera “indemne” por ello.
Entre otras de sus promesas de campaña, el republicano ofreció crear puestos de trabajo en EE. UU. por lo que ha amenazado con imponer licitaciones a las farmacéuticas para poner fin a la importación de medicamentos y la “deslocalización” de empleos:
Nuestra industria farmacéutica ha sido un desastre. Va de un lado a otro. Tenemos que hacer volver a nuestra industria farmacéutica.
Aseguró que la mayoría de las medicinas que se consumen son de producción extranjera, lo que tendrá que cambiar:
Somos los mayores compradores de medicamentos del mundo y no tenemos buenos procedimientos de licitación.
Ahora que Trump es formalmente le nuevo presidente en funciones de Estados Unidos, habrá que esperar acciones en este sentido, lo cual afectaría directamente a la industria farmacéutica mexicana, según han advertido investigadores, ya que las licitaciones tenderían a beneficiar a otros países debido a su postura de rechazo hacia México.
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