Durante su primera jornada completa de trabajo en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump firmó este lunes un decreto que prohibirá la financiación a ONGs internacionales que realicen, asesoren o promuevan abortos con dinero de Estados Unidos.
La restauración de la llamada “Política de la Ciudad de México”, es una decisión que desde 1985, con Ronald Reagan en la Casa Blanca, adoptan todos los nuevos presidentes republicanos en sus primeros días en el cargo, y después revocan los demócratas. Sin embargo, en el caso de Trump, este decreto es una señal a los sectores más conservadores de su partido.
Datos de la Agencia de Cooperación Internacional de Estados Unidos (USAID), revelan que este país destina actualmente cerca de 544 millones de dólares en asistencia a la planificación familiar en todo el mundo. Sin embargo, los más críticos y los más cercanos funcionarios de la actual administración, aseguran que la Política de la Ciudad de México ha limitado de sobremanera la financiación de grupos humanitarios que ofrecen servicios de planificación familiar y sanitarios, y que lo que terminan cansando “es que las mujeres tengan que recurrir a abortos ilegales y en condiciones poco seguras”.
“No es ningún secreto que el presidente Trump ha dejado muy claro que es un presidente pro-vida”, declaró a los medios de comunicación el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, en su primera reunión informativa diaria.
El presidente Trump quiere defender a todos los ciudadanos estadounidenses, incluyendo a los que no han nacido, y creo que el restablecimiento de esta política no es sólo algo que hace eco de ese valor sino que también respeta la financiación de los contribuyentes.
Es importante recordar que la firma de este decreto tiene lugar luego de la masiva manifestación contra Donald Trump el sábado en Washington, en que la defensa del derecho al aborto fue uno de los asuntos centrales.
De esta forma, las ONGs que ofrecen o promueven abortos como parte de sus servicios de planificación familiar no podrán recibir ninguna ayuda de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.
Tras esta decisión, la reacción de los demócratas y los activistas fue inmediata. En un comunicado, NARAL Pro-Choice America no aprobó la decisión:
“Donald Trump transformó su retórica contra las mujeres en política, y ha hecho más difícil para ellas y las familias de todo el mundo tener acceso a la atención reproductiva vital”, dijo en el comunicado el presidente de NARAL, Ilyse Hogue.
En tanto, la senadora demócrata Jeanne Shaheen, dijo que “el restablecimiento de esta política ignora décadas de investigación y pone la ideología por encima de las mujeres”.
Finalmente, Planned Parenthood, la organización que ofrece atención médica a mujeres sin recursos y que los republicanos amenazan con costarle la financiación pública, criticó fuertemente esta decisión: “causará cierres de clínicas alrededor del mundo, resultando en más embarazos no intencionados y abortos inseguros”.