Si Enrique Peña Nieto te pidiera que redactaras un certificado que avalara su “excelente salud”, sin mediar fundamento médico o científico, ¿lo harías?, ¿dónde quedaría tu ética como profesional? Esto fue justo lo que ocurrió en el año 2015 cuando el entonces candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, le pidió a su médico que realizara una carta donde se indicara su “magnífico” e “incomparable” estado de salud.
La revelación del Dr. Bornstein
Con esto en mente y tomando como base la información publicada por el diario El País, Harold Bornstein reconoció su error profesional a la cadena de noticias CNN; instancia a la que refirió que Donald Trump le “dictó toda la carta”, donde quedó constatado que, de llegar a la titularidad del Poder Ejecutivo, sería el “presidente más sano jamás elegido dada su excelente salud”.
Él (Donald Trump) me dictó toda la carta. Yo no la escribí, ha asegurado a la cadena de televisión CNN. Y no solo eso, mi consulta fue saqueada el año pasado por personas próximas al presidente para llevarse los informes médicos del magnate, algo que la Casa Blanca describió como un procedimiento estándar.
Y siguen las “excelencias”…
La revelación del médico especialista en medicina interna y médico personal de Trump durante los últimos 36 años, contrastan con el informe presentado el pasado 15 de enero, cuando el Dr. Ronny Jackson presentó los resultados del primer examen médico del año del presidente y donde hizo la misma declaración: la salud de Donald Trump es simplemente excelente.
¿Será posible que el magnate siga la misma línea? Es probable. El presidente de la nación más poderosa del mundo tiene sus medios y sus formas para imponer su voluntad; sin embargo, siempre cabe la pregunta que todo médico debe realizarse, ¿realmente lo haría?
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