El médico británico Simon Bramhall, quien reconoció ante un tribunal que marcó sus iniciales en el hígado de 2 pacientes cuando fueron sometidos a trasplantes de este órgano, en febrero y agosto de 2013, en el Hospital Queen Elizabeth de Birmingham, fue sentenciado a pagar una multa de 11 mil 230 euros y a un año de trabajos comunitarios.
“Las operaciones fueron largas y difíciles. Admito que en ambas se encontraba muy cansado y estresado, y que eso pudo afectar su juicio. No obstante, su conducta proviene de una arrogancia profesional de tal magnitud que limita con un comportamiento criminal”, dijo el juez Paul Farrer, quien aseguró que el médico abusó de su poder y traicionó la confianza que los pacientes habían depositado en él.
Durante su confesión, el cirujano Simon Bramhall detalló que para plasmar sus iniciales en los hígados de los pacientes, empleó un láser de gas argón coagulador, comúnmente utilizado para evitar hemorragias.
Este hecho fue descubierto por otro colega durante otra operación con los mismos pacientes trasplantados debido a que sus hígados no estaban evolucionando correctamente. Por tal motivo, Bramhall fue suspendido ese mismo año y en 2014 presentó su dimisión, tras habérsele hecho un expediente disciplinario.
Sus acciones marcando los hígados de aquellos pacientes, de modo totalmente innecesario, fueron actos deliberados y conscientes”, denunció la fiscal Elizabeth Reid.
En tanto, el también fiscal Tony Badenoch, señaló que se trata de un caso inusual y complejo en el derecho penal.
La declaración de culpabilidad es una aceptación de que lo que hizo no solo no era ético, sino que también era punible penalmente.