Desde hace poco más de un año el mundo conoció a la Covid-19 y desde entonces todo cambió para siempre. Ante la gravedad de la situación la Organización Mundial de la Salud (OMS) tuvo que emitir una declaratoria de pandemia y a la fecha no se ha podido superar el problema inicial. Ha sido gracias el inicio de las campañas de vacunación que ha disminuido la tasa de contagios y decesos diarios en varios países. Aunque es un buen avance todavía quedan algunas preguntas que no han sido respondidas y una de ellas es la relacionada con las secuelas.
Hasta este momento se contabilizan poco más de 89 millones de personas que se han infectado y recuperado alrededor del mundo. De acuerdo con algunos estudios realizados se estima que siete de cada 10 supervivientes de la Covid-19 desarrollan diversos tipos de molestias. En algunos casos desaparecen después de unos días pero en otros se mantienen por largos períodos.
Daños más comunes a largo plazo
A partir de la experiencia se ha identificado que las más frecuentes son fatiga, debilidad muscular, pérdida de olfato, depresión, náuseas, arritmia cardíaca, dificultades para conciliar el sueño y ansiedad.
Por su parte, algunos estudios recientes han encontrado otras más específicas como el desarrollo de problemas auditivos y vestibulares. A la lista también se suman la pérdida de audición, tinnitus y la sensación de vértigo.
Tos recurrente durante todo el día
Pero eso no es todo porque en España existe un caso que ha captado la atención de la comunidad médica porque podría anunciar otro daño. La afectada se llama Verena García y en octubre del año pasado se infectó pese a tener apenas 16 años de edad. Con eso se ha demostrado que ni los niños ni los adolescentes son inmunes. Aunque su riesgo puede ser menor que los adultos también están expuestos a contagiarse.
Gracias a una atención médica oportuna logró superar la Covid-19. En primera instancia es una noticia positiva pero lo negativa es que desde hace siete meses la joven mantiene una secuela preocupante que ha provocado una notoria disminución en su calidad de vida.
Desde que estaba infectada la adolescente sufre de tos espasmódica y a la fecha se mantiene como una secuela. Se presenta cada dos o tres segundos durante todo el día. Por lo mismo ya no puede mantener un estilo como el que tenía antes del contagio. Inclusive cuando intenta dormir se despierta por el intenso dolor que tiene en el pecho.
Como efectos secundarios los médicos han indicado que la joven también sufre de mareos, inflamación articular, pérdida de audición, dolores de cabeza y una creciente ansiedad.
De momento es el único caso que se ha reportado en el mundo y todavía no ha podido identificarse con precisión el origen del problema. Aunque se teme que esta situación pueda presentarse en más personas que logran superar la Covid-19.