- La hidratación tiene un impacto en varias funciones mentales como la depresión, la ansiedad, la agudeza mental, la memoria y la atención.
- El estrés crónico puede conducir a comportamientos que pueden aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud como diabetes y enfermedades del corazón.
- De acuerdo con la OMS, los problemas de salud mental serán responsables de la siguiente pandemia.
El agua juega un papel importante en muchas funciones corporales. Desde la protección de los órganos, la regulación de la temperatura corporal y el mantenimiento del equilibrio electrolítico celular. ¿Pero sabías que la hidratación también tiene una estrecha relación con la salud mental?
Con esto en mente, el Dr. Óscar Quintero, quien es Director Médico en Abbott, explica la manera en que consumir líquidos genera beneficios en el estado de ánimo y la función cognitiva.
Antes que nada, ¿qué es la salud mental?
El término general abarca diferentes aspectos como el bienestar emocional, psicológico y social. Además, tiene en cuenta cómo una persona piensa, siente, actúa, maneja el estrés e interactúa con los demás. Una variedad de factores, incluidas las experiencias de vida y el estilo de vida, pueden afectar la salud mental y como resultado puede cambiar con el tiempo.
¿La salud mental y la hidratación están relacionadas?
La investigación ha relacionado el estado de hidratación con varias condiciones y funciones mentales, como la depresión, la ansiedad, la agudeza mental, la memoria y la atención. Por ejemplo, un estudio de más de 3000 adultos observó la asociación entre beber agua y la depresión.
Los investigadores encontraron que los hombres y las mujeres que tomaban una menor cantidad de agua (menos de dos vasos al día) tenían un riesgo significativamente mayor de depresión que aquellos que bebían cinco vasos o más al día. Además, aquellos con la mayor ingesta de agua tenían una menor incidencia de depresión.
Otro estudio que involucró a niños de 9 a 11 años analizó los efectos de beber cantidades bajas o altas de agua sobre la atención y la flexibilidad cognitiva. Los que ingerían grandes cantidades de agua (alrededor de 10.5 vasos al día) tenían una mayor flexibilidad mental.
Además, los investigadores encontraron que el grupo al que se le indicó que bebiera agua libremente tenía resultados similares a los que bebían poca cantidad (alrededor de dos tazas por día), lo que sugiere que los niños habitualmente se subhidratan.
Por último, en un pequeño estudio de hombres en edad universitaria, se indicó a los participantes que se abstuvieran de tomar agua durante 36 horas, seguido de un período de rehidratación. El estudio encontró que la deshidratación tiene efectos negativos sobre la energía, la autoestima, la memoria a corto plazo y la atención. Después de la rehidratación con agua, los participantes informaron mejoras en el estado de ánimo, la memoria a corto plazo, la atención y el tiempo de reacción.
Esta área de investigación es todavía relativamente nueva. La cantidad de estudios es limitada, pero los resultados sugieren que existe una asociación entre el estado de hidratación y la salud mental, incluido el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo.
Consejos para una correcta hidratación
La cantidad de agua que debes tomar cada día puede variar ampliamente según el nivel de actividad, la exposición al calor y la humedad, el género y el tamaño del cuerpo. La conclusión es que se recomienda ingerir muchos líquidos durante el día. Sin embargo, hay personas a quienes les resulta difícil recordar hidratarse constantemente.
- Considera combinar tus comidas con agua en lugar de (o además de) refrescos, jugos o café.
- Toma agua con frecuencia a lo largo del día, con el objetivo de ingerir líquidos por cada hora que estés despierto.
- Ten a la mano una botella de agua reutilizable y haz todo lo posible para reponerla según sea necesario.
- Para fomentar la ingesta, incluye sabores en tu agua, puede ser un toque de cítricos o menta fresca.
- Come muchas frutas y verduras ricas en agua, como sandía, uvas, apio y espinacas.
- Es importante señalar que 80 por ciento de la hidratación se obtiene del agua potable y el 20 restante se consume a través de alimentos como frutas y verduras.
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