El folleto médico se ha convertido en una herramienta importante de comunicación y difusión de la identidad de un producto, marca o servicio. Por sí solo no tiene mucha efectividad, pero con el contexto que le imprime el visitador médico, la publicidad y el argumento científico, captan el interés y la atención del interlocutor, fijando en él la idea fundamental.
Un buen folleto contribuye a establecer una sólida identidad y marca la diferencia con respecto a las diferentes propuestas del mercado, además de fortalecer la actitud del profesional, frente al producto o servicio que se le ofrece. Es por esto, que se debe prestar atención en su elaboración para optimizar su eficacia.
Los puntos clave para que un folleto médico sea positivo y eficaz, se basan en ideas precisas y en la perspectiva clara del público al que va dirigido y la impresión que se desea causar, emitiendo un mensaje que desate un cambio en el esquema de valores y creencias de quien lo recibe, además de disponerlo a una determinada conducta, motivando un recuerdo e incorporando el aprendizaje de los beneficios o características que diferencian nuestro producto o servicio.
Para lograrlo se deben cubrir tres aspectos fundamentales: el primero, captar el interés del receptor, el segundo, comunicar transmitiendo un mensaje claro y el tercero, involucrar al receptor comprometiéndolo emocionalmente.
Para captar la atención del receptor, es necesario seleccionar con especial cuidado la información para involucrarlo activamente, impactándolo con un material atractivo que genere en él una emoción positiva y lo predisponga y sorprenda, favoreciendo la comprensión y dé valor a la información que se le presenta y pueda utilizarla en el momento oportuno, en su beneficio o el de los demás.
La comunicación clara del mensaje se convierte en el objetivo más importante y fundamental al momento de crear el folleto. Si se logran conectar los conocimientos previos, el esquema de razonamiento, la escala de valores y los argumentos, el mensaje será comprendido por los diferentes receptores del mensaje.
Involucrando al receptor se puede lograr un mejor impacto, si se logra comprometer emocionalmente, sorprenderlo, predisponerlo y mantenerlo interesado, comprenderá todos los aspectos incluidos en el folleto médico y no dudará en darle importancia y utilizarlo de manera reiterada en el cumplimiento de sus funciones.
Por último y para aumentar la efectividad del material, debe evaluarse constantemente la información contenida en el folleto médico, teniendo en cuenta:
- El mensaje que percibe el receptor.
- Si se derivan de éste, otros contenidos desfavorables que afecten su importancia.
- Si se contaminan fácilmente con mensajes de la competencia.
- Si la información es completa y veraz.
Para detectar falencias de solidez, lógica y credibilidad en el posicionamiento de la marca o producto, la profundización en la evaluación de los factores y la capacidad de sus componentes permite superar ampliamente los objetivos fijados durante la creación del folleto médico, aumentando el impacto y generando en los destinatarios del mismo, el efecto deseado.[1]
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