Decorar el consultorio pediátrico es todo un arte, pues los niños responden más fácilmente que muchos adultos a los estímulos a los que son expuestos. Por ello, te presentamos algunos breves consejos que debes tomar en cuenta antes de iniciar esta bella tarea:
1. Considera que tu decoración debe corresponder con el lugar donde ubicarás tu consultorio pediátrico, a fin de hacer que los pequeños se sientan familiarizados con el entorno que generes.
2. Conviene que tus instrumentos médicos incluyan motivos infantiles, como animalitos, ya que es más probable, por ejemplo, que el niño deje de llorar si puede manipular por un momento un estetoscopio con figurita de panda, que uno que le parezca sólo un frío y extraño instrumento metálico.
3. Pon especial atención a los adornos de las paredes. Deben estar dispuestos especialmente desde el piso hasta la mitad de la altura de éstas, ya que los pequeños no podrán verlos a menos que estén en brazos de un adulto.
4. Haz pinturas o usa calcomanías dinámicas y considera que debes renovarlas con cierta periodicidad. Éstas no pueden permanecer eternamente en el consultorio pediátrico porque dan idea de poco interés en el detalle. Evita usar imágenes de las caricaturas de moda, ya que cuando sean poco populares, tu diseño también habrá perdido vigencia.
5. Destina un espacio de la sala de espera a zona de juegos. Proporciona juguetes sencillos, resistentes e inocuos, según la edad del paciente. Pueden ser bloques para armar o juegos de mesa. Recuerda que los hermanos del pequeño bien pueden quedarse en ese espacio mientras la mamá entra a consulta con el niño.
6. Evita que tu consultorio sea frío o tenga corrientes de aire, a fin de hacer sentir cómodos a tus pacientes durante las exploraciones físicas.
7. Si te es posible, habilita un baño especialmente para pequeños, de modo que se sientan más cómodos y familiarizados con el consultorio pediátrico.