Cada vez es más común para la industria farmacéutica la adopción de terapias digitales (DTx). El máximo objetivo siempre será el bienestar de las personas aunque al final también se busca que sea un negocio saludable y redituable para los inversores. Por lo tanto, una de las principales dudas es la forma en que se pueden satisfacer ambos objetivos.
En ese sentido, una de las características del sector pharma es que se requieren grandes cantidades de dinero para desarrollar nuevos medicamentos. Además se estima que cada molécula necesita al menos 10 años de inversión para su desarrollo.
¿Cómo innovar sin arriesgar las finanzas dentro del campo de la salud?
Con esto en mente, la consultora de investigación de mercados Ipsos presentó los resultados de su trabajo ¿Puede la industria farmacéutica convertir las terapéuticas digitales (DTx) en un negocio saludable? de las autoras Francine Fram y Svetlana Gogolina.
Lo que más destaca de la investigación es que contiene las cinco etapas clave para asegurar que las innovaciones no sólo se integren efectivamente en el sistema de salud sino que también sean de utilidad para crear un negocio sostenible.
El documento subraya que, aunque las terapias digitales están revolucionando la atención médica al ofrecer intervenciones personalizadas y basadas en software, su éxito depende de algo más que innovación tecnológica.
Para alcanzar su pleno potencial, las DTx deben ser diseñadas con una comprensión profunda tanto del recorrido del paciente como de las expectativas de los profesionales de la salud y los pagadores.
El marco de Ipsos propone un enfoque iterativo y basado en datos que aborda todos estos factores. Este proceso que se repite varias veces, con ajustes y mejoras en cada iteración, va asegurando la eficacia y la precisión de las intervenciones.
5 pasos para que las terapias digitales sean un negocio saludable
- La primera etapa que señala Ipsos refiere a la “Comprensión del mercado y las prioridades del cliente”, fundamental para guiar el desarrollo de productos. Esto incluye mapear el recorrido del paciente, identificar las necesidades clínicas no cubiertas, y analizar el panorama competitivo. Estos insights permiten que las empresas puedan posicionar sus DTx de manera eficaz desde el inicio.
- La segunda etapa es “Desarrollo de la propuesta de valor” y se centra en asegurar que la propuesta no sólo resuene con las necesidades clínicas, sino que también ofrezca beneficios económicos, como la mejora en los flujos de trabajo y la reducción de costos.
- A medida que el desarrollo de las DTx avanza, la tercera etapa se enfoca en demostrar la eficacia y seguridad del producto, elementos cruciales para ganar la confianza tanto de los profesionales como de los prestadores de salud. Aquí, Ipsos enfatiza la importancia de cumplir con los requisitos regulatorios y de salud económica.
- En la cuarta etapa se abordan las necesidades del usuario final a través de la “Participación del paciente e interoperabilidad”, asegurando que las DTx se integren sin problemas en los sistemas ya existentes. La facilidad de uso y la capacidad de interoperar con otros sistemas tecnológicos del hospital o clínica son esenciales para garantizar la adherencia del paciente y la aceptación por parte de los profesionales de la salud.
- Finalmente, la quinta etapa se enfoca en la “Estructuración del mercado”, utilizando los aprendizajes y resultados obtenidos de las fases anteriores para educar a los clínicos y empresas de prestación de servicios de salud sobre la seguridad, eficacia y beneficios de las terapias digitales.
“Para que las terapéuticas digitales tengan un impacto real, debemos ir más allá del desarrollo tecnológico y asegurarnos de que respondan a las necesidades de todos los actores del sistema de salud: desde los pacientes hasta los pagadores y profesionales de la salud”, agrega Silvina Suárez, Healthcare Service Line Director de Ipsos Argentina.
En Alemania, donde las DTx han estado disponibles bajo prescripción desde octubre de 2020, las tasas de adopción han sido mucho más bajas de lo esperado, y otros países con fast-track han visto tendencias similares.
La razón principal de esta baja adopción es la desconfianza por parte de los profesionales de la salud (HCP). Los clínicos citan la falta de información, evidencia médica insuficiente e incompatibilidad con los tratamientos tradicionales como sus razones para no incorporar las DTx en sus prácticas.
Aunque las diferencias generacionales contribuyen, este escepticismo también se debe a que las compañías de DTx ponen mayor énfasis en la tecnología que en la economía de la salud y en la alineación con la continuidad del cuidado.