En 2015 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) estimó que en México existían un millón de personas que padecían artritis reumatoide, la gran mayoría mujeres. Más importante aún, un buen número de quienes presentaban esta condición se encontraban en edad productiva, entre los 25 y 55 años de edad. Este hecho hace urgente la necesidad de una terapia que proporcione una cura definitiva a esta condición.
Al respecto, la terapia de células madre ha sido propuesta como un tratamiento innovador, no sólo para eliminar la artritis, sino decenas de otras enfermedades y condiciones que anteriormente no tenían cura o que resultaban en extremo complejas de eliminar. A pesar de este potencial, la especialista en cirugía ortopédica y traumatología de la Mayo Clinic, Shan Shapiro, afirma que se trata de un procedimiento cuyo éxito todavía no está asegurado por ninguna prueba científica.
En una entrevista con la agencia Notimex, Shapiro afirmó que en el caso de Estados Unidos, las células madre puras únicamente se encuentran disponibles para los pacientes a través de pruebas clínicas estrictamente controladas por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA). Asimismo, señaló que los primeros resultados, aunque prometedores, no son suficiente prueba científica para validar la utilidad de la terapia para curar la artritis.
Por otra parte, la especialista también aseguró que algunos tratamientos para la artritis ya se comercializan directamente al público en general sin contar con la aprobación de la FDA y, en ocasiones, incluso sin contener células madre puras en su fórmula. Afirmó que esta práctica es preocupante, pues retrasa el progreso científico que se requiere para transformar la terapia en una herramienta curativa válida.
Insistió que las terapias de células madre para la artritis que han resultado exitosas se enfocan a reducir el dolor o para incrementar la funcionalidad de las personas cuando la condición se encuentra en la rodilla. Sin embargo, se ha hecho poco para comprobar la formación de cartílago y hueso nuevo, necesaria para considerar la enfermedad como curada, así como su eficacia en otras regiones del cuerpo.
Pidió también a los pacientes y a los profesionales de la salud no dejarse engañar por gente que ofrezca este tipo de innovaciones. Igualmente, solicitó conservar las terapias comprobadas para tratar la artritis, como analgésicos, ejercicio e inyecciones.