- Durante el 2020 se realizaron más de cinco millones de acciones relacionadas con la telemedicina en México.
- Actualmente el país solo destina el 2.6% del PIB para invertir en salud.
- Desde los dispositivos móviles hasta los expedientes clínicos digitales son ejemplos de la forma en que la tecnología propicia los servicios médicos de calidad.
¿Qué significa tener acceso a un buen sistema de salud? Muchos simplemente aseguran que todo depende de la cercanía de la casa a una clínica u hospital o, por el contrario, adquirir un plan sanitario que ofrezca una amplia cobertura, independientemente de la posición socioeconómica que se tenga. La realidad es que los factores anteriores no siempre garantizan recibir servicios médicos de calidad.
Otros aspectos que se deben tomar en cuenta
Acerca de este tema, Andrés Ávila, quien es gerente regional de Marketing para Retail y Salud de Zebra Technologies, afirma que existen otras variables para que una persona pueda gozar de un sistema integral donde verdaderamente haya garantías. También influye que haya suficiente personal para atender a todos los pacientes, médicos con las herramientas adecuadas para tratarlos, alineación de protocolos, identificación de riesgos asociados a la atención médica, administración de medicamentos entre muchos otros. Y, para lograrlo, la tecnología juega un papel fundamental.
Acelerado por la crisis generada por el COVID-19, el país también ha experimentado cambios y han resaltado nuevas necesidades de los pacientes como nuevas formas de atención. Por ejemplo, durante 2020 se realizaron más de cinco millones de acciones relacionadas con la telemedicina, de acuerdo con el Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud (CENETEC). Sin embargo, en México, la inversión pública en salud solo alcanza el 2.6% del PIB, poniendo sobre la mesa la necesidad de modernización urgente en la atención primaria.
Herramientas tecnológicas que promueven los servicios médicos de calidad
Por este motivo es imperativo pensar en soluciones tecnológicas para mejorar la carga operativa del sector salud, con el fin también de evitar al máximo situaciones que ralentizan la labor del gremio médico. Un ejemplo de este escenario es que el personal administrativo de los hospitales latinoamericanos está sobrecargado y los equipos pierden tiempo valioso en tareas básicas como facturación, localización del personal e información de los pacientes o medicamentos; todas estas son funciones operativas que dificultan sustancialmente el acceso a una atención sanitaria de calidad.
Las mejoras se pueden lograr al suministrar dispositivos móviles o tabletas que sean de propiedad de la institución (y no personales) a médicos, personal de enfermería y administrativo, para que puedan comunicarse fácilmente entre sí y acceder a información, desde cualquier lugar, de forma segura y con la garantía de que la información de los pacientes esté a salvo.
Dichos dispositivos, que brindan movilidad clínica (el uso de dispositivos móviles por parte de profesionales de la salud en el punto de atención), permiten aumentar la productividad, la eficiencia y aligerar las cargas, puntos claves para mejorar el sistema desde la base.
De igual forma, la interoperabilidad permite acceder a la información de los procesos clínicos realizados recientemente al paciente y su historial, así como suministrarle los medicamentos correctos. Con ordenadores móviles debidamente conectados, además de agregar información en tiempo real, se podrá también escanear tarjetas o pulseras para la identificación de los pacientes y realizar revisiones rápidas, con el fin de elaborar planes de acción inmediatos, que no podrían hacerse tan fácilmente con documentos escritos a mano.
Además, a través de la identificación por radiofrecuencia, en cuestión de segundos la persona puede ver qué medicamentos hay disponibles, saber dónde se encuentran con precisión y verificar si no han caducado.
Todo esto nos demuestra que la salud comprende aspectos que van más allá de la accesibilidad, la ubicación o la rapidez. Es necesario contemplar diferentes factores que influyen directamente en la atención al usuario.
Ahí es donde la tecnología juega un rol muy importante para garantizar la eficacia de la prestación del servicio de salud, que requiere procesos más confiables para tener acceso a información que agiliza las tareas, brinda todas las comodidades técnicas y lo más importante: ayuda a reducir aquellos errores manuales que pueden, en algunos casos, representar consecuencias graves.
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