Cuando un infante está en crecimiento, el entorno influye significativamente. Incluso el peso mismo de las madres puede ser determinante en la incidencia de obesidad. En el neurodesarrollo se encuentran riesgos similares, particularmente en la interacción con la tecnología. Así lo afirma Emelyn Sánchez Gómez, del Instituto Internacional de Neurociencias de Panamá.
Durante el X Congreso Nacional de Neuropsicología, la experta afirmó que se han observado síntomas extraños en el neurodesarrollo de algunos infantes. Señaló que, especialmente en niños menores de tres años, se pueden observar retrasos significativos. Entre las áreas afectadas por la tecnología, está el lenguaje, la hiperactividad, la impulsividad, el sedentarismo, etcétera.
Incluso, algunos bebés no muestran interés en sus manos ni miran a los ojos a otros seres humanos. También existe una marcada falta de enfoque, nula tolerancia a la frustración e inexistencia de intención comunicativa. Señaló que, por la tecnología, el cerebro está sobrecargado de información. Esto afecta directamente al neurodesarrollo infantil.
Digitalización excesiva, causante del mal neurodesarrollo infantil
Sánchez Gómez apuntó que el contacto excesivo con la tecnología es dañino para los infantes. Señaló que la exposición excesiva a smartphones, tabletas y videojuegos alteran el sistema sensorial y de concentración. El neurodesarrollo, especialmente en los primeros mil días de vida, está muy influenciado por la vida digital. Esto afecta la conducta, interacción y aprendizaje.
La memoria se forma por repetición. Llega a la sinapsis y ocurre dentro de los primeros mil días de vida a una velocidad de 700 a mil conexiones por minuto. Antes de los cinco años de edad, las vías sensoriales y de lenguaje están por alcanzar su mayor madurez. [Poner a los infantes en contacto con la tecnología antes de esto, puede dañar irreparablemente su neurodesarrollo].
La experta señaló que es recomendable no dejar interactuar a los niños con tecnología sino hasta que desarrollen un lenguaje funcional. Solo entonces, se puede asegurar que su neurodesarrollo se encuentra en una etapa suficientemente avanzada. Incluso después de este momento, se debería limitar el acceso a dispositivos a menos de dos horas cada día.