La reputación es uno de los aspectos más cuidados de la profesión de un médico . Sin embargo, suele ser increíblemente frágil y muy fácil de quebrantar, aún más en estos tiempos, donde la información viaja en cuestión de segundos a todos lados del mundo a través de medios digitales.
Las razones por las que un profesional sanitario puede ver afectado prestigio pueden ser variadas, y estar directamente, o no, ligadas a su práctica médica. De hecho, en muchos casos esto ocurre por razones completamente injustificadas. Sin embargo, hay que saber qué acciones tomar en este caso.
Entre las razones habituales que pueden te llevar a perder el respeto de los pacientes, se encuentran:
- Acumular comentarios negativos relacionados con la atención al público o con asistencia médica.
- Verse envuelto en alguna situación embarazosa en público.
- Tener alguna demanda legal por mala praxis.
- Recibir publicidad negativa por parte de los medios de comunicación o por parte de competidores directos.
- Estar involucrado en alguna situación donde quede en duda la ética médica.
Recuperarse de cualquier de estas situaciones es una tarea ardua y difícil, pero no es imposible. Evidentemente, lo primero que debes hacer es trabajar en el estatus legal de tu práctica médica, o de lo contrario perderás todos tus beneficios como profesional. Lo siguiente es limpiar cuidadosamente tu imagen profesional, siguiendo estos consejos:
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No te escondas
La primera reacción de la mayoría de las personas que se ven envueltas en un escándalo es intentar tapar todo lo ocurrido, y borrar todo rastro mediante despachos legales que impidan la publicación de contenido relacionado.
Pero la verdad es que en el internet no hay nada oculto, así que la mejor manera de dejar atrás la mala publicidad es creando contenido positivo y posicionándolo en la web lo más rápido posible. En este caso, un especialista en SEO (posicionamiento en buscadores) puede ser de gran ayuda.
Renueva tu perfil en redes sociales
Rediseñar tu página web, incluyendo contenido fresco y actual, cambiar el tipo de mensajes en tus perfiles, crear una ficha profesional completa en LinkedIn, donde otros colegas puedan conocer tus logros, y mantener una presencia activa en las redes, es una de las mejores maneras de recuperar el respeto de tus seguidores.
Sin embargo, crear contenido no es lo mismo que promocionarse. Lo primero puede ser muy beneficioso y lo segundo nefasto, porque puedes ser objeto de publicidad engañosa o malintencionada por parte de tus detractores. Sé cuidadoso con el contenido y sobretodo con el lenguaje, ya que la idea es mantener visibilidad.
Realiza publicaciones
Una manera rápida de ganar reputación es ampliando tu currículum. Participar en congresos internacionales, realizar publicaciones científicas, colaborar con revistas médicas, elaborar una guía de procedimientos o crear una orientada a pacientes, publicar un libro, realizar asesorías. Todas son maneras de generar contenido que no están ligadas a las redes sociales, pero que ayudará a aumentar exponencialmente tu notoriedad en el ámbito médico.
Mejora tus productos y servicios
Al ampliar tu portafolio y exponerlo en los medios digitales, los pacientes potenciales se sentirán atraídos. Por ello es fundamental, certificarse en técnicas y tratamientos innovadores que te aporten exclusividad y te distingan de la competencia. Cuando un paciente solicite su servicios tienes que captar y fidelizar, mejorando la atención al público y dándole todas las comodidades para que empiece a generar la publicidad positiva que tanto necesitas.
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