Los investigadores emplearon métodos farmacológicos y genéticos para eliminar las células senescentes y reducir así la acumulación de grasa en el hígado.
26 por ciento de los médicos encuestados no conocía el significado de las siglas ELA; 62 por ciento reconoció que realizar el diagnóstico fue complicado.
Uno de los menores que recibió el implante disminuyó satisfactoriamente en menos de seis meses el número de crisis; de 300 en un sólo día a una al mes.