El acceso a la salud es un derecho fundamental y con un enfoque adecuado es posible impulsar soluciones que garanticen una atención equitativa y de calidad para todos.
La adherencia al tratamiento no es solo un desafío médico, sino un problema social que requiere la colaboración de todos los actores involucrados. Desde las instituciones públicas y privadas hasta los desarrolladores de tecnología, cada parte tiene un papel esencial que desempeñar para garantizar que los pacientes no queden desprotegidos cuando salen del hospital.