Un estudio, el primero en su tipo, revela información nueva y sorprendente sobre la relación entre la actividad neuronal y el flujo sanguíneo en las profundidades del cerebro, así como sobre cómo el cerebro se ve afectado por el consumo de sal.
Las personas que habían sido infectadas con COVID-19 mostraron una pérdida de volumen en el cerebro incluso cuando la enfermedad no era lo suficientemente grave.