El año pasado las autoridades capitalinas autorizaron la suspensión del programa de verificación vehicular en la Ciudad de México entre el período del 1 de enero al 30 de junio de 2018, situación que ha causado controversia, pues a pesar de que se considera como un proyecto obsoleto, también se piensa que esta decisión generará, a corto plazo, un incremento en los niveles de contaminación en la ciudad y, por consiguiente, severos problemas de salud.
El encargado de alzar la voz fue el diputado Virgilio Caballero Pedraza, quien agregó que una decisión de este tipo no se puede tomar a la ligera y es necesario realizar un estudio previo con la participación de académicos, expertos, científicos y médicos, porque es la salud de más de 10 millones de personas las que está de por medio.
Nada se dice sobre los daños a la población por la mala calidad del aire, los parámetros para medir e informar sobre el tema, ni sobre las acciones adoptadas para enfrentarla. No se trata de un asunto administrativo, se trata de un derecho humanos fundamental como lo es la salud.
A pesar de que sólo se trata de una suspensión de 6 meses, para el diputado es el tiempo suficiente para dañar de forma severa los pulmones de los capitalinos y eso podría derivar en un incremento de enfermedades respiratorias e inclusive generar consecuencias mortales porque de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), anualmente fallecen 20 mil personas en México por condiciones asociadas a la contaminación del aire.
En ese mismo sentido, esto se suma al fecalismo, otro grave problema ambiental por el que atraviesa la capital mexicana debido a que de manera anual se emite al aire media tonelada de residuos fecales, lo que propicia la transmisión de enfermedades como el cólera, gastroenteritis viral o bacteriana.