Dentro del mundo del deporte, un caso que adquirió relevancia a nivel internacional fue lo ocurrido con el ciclista estadounidense Lance Armstrong, quien originalmente ganó en 7 ocasiones consecutivas el Tour de France entre 1999 y 2005, por lo que en su momento fue considerado como el mejor de la historia de su especialidad; sin embargo, en el 2012 todo cambió porque fue acusado de dopaje y al comprobarse el caso, se anularon todos sus logros.
Aunque para algunos el caso podría haberse dado por terminado, las investigaciones han continuado y ahora el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) decidió suspender de por vida al médico español Pedro Celaya, jefe del equipo de Armstrong, al considerarse que participó y apoyó el exciclista para que optara por infligir las reglas mediante el consumo de sustancias no permitidas.
Desde 1997 a 2007, Celaya participó en una elaborada y enormemente eficaz trama de dopaje de la que Armstrong sacó ventaja con respecto a sus competidores. Se trata de una práctica desleal tanto dentro del deporte como en la Medicina, lo que nos llevó a tomar medidas extremas pero que consideramos justas porque resulta inadmisible tolerar este tipo de comportamientos. Después de analizar el caso, concluimos por unanimidad que, en tales circunstancias, la suspensión de por vida para Celaya era el castigo más justo.
La situación representa uno de los mayores golpes dentro del deporte, aunque de acuerdo con lo descrito en el reporte, Pedro Celaya le proporcionaba testosterona al ciclista para que obtuviera un mayor rendimiento, acción que traiciona el comportamiento ejemplar que deben tener todos los médicos.