En la actualidad la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera a Kenia como uno de los 10 países más pobres de África, lo cual implica diversos riesgos para la población y especialmente para los médicos que laboran dentro de la nación, quienes deben de enfrentarse a carencias extremas durante sus jornadas de trabajo y en ocasiones ni siquiera cuentan con uniformes ni utensilios para atender a los pacientes.
Fue a raíz de lo anterior que hace unos días se registró un accidente que pese a que no tuvo consecuencias mayores, sí provocó una sanción para los médicos africanos involucrados en el caso. Todo se generó cuando un hombre acudió a un hospital debido a que presentaba una herida en la cabeza, la cual sólo requería cuidados de enfermería, pero el problema se generó cuando le asignaron la misma sala que a un paciente con un coagulo en el cerebro.
Fue una penosa confusión la que provocó que los médicos se llevaran al hombre con la herida al área de quirófanos y le abrieran la cabeza para realizarle una cirugía cerebral, pero fue en ese momento cuando descubrieron que el paciente no presentaba ningún coagulo ni tenía problemas mayores.
Fue hasta que los médicos revisaron la sala de origen y descubrieron que habían atendido al paciente equivocado, lo cual fue generado porque en Kenia no se cuenta con recursos para poder identificar a cada paciente y además porque los cirujanos no pueden ver a los pacientes que atenderán hasta el momento en que se encuentran en el quirófano.
Por la mala praxis médica, la gerencia del hospital decidió suspender al cirujano, anestesista y a las dos enfermeras implicadas en el caso, aunque como se dijo, el paciente afectado no sufrió consecuencias mayores.
Por su parte, nuestro país no se encuentra exento de errores porque de acuerdo con la fundación “No más negligencias médicas”, cada 8 minutos muere un paciente por presunta negligencia médica.