Como bien sabes la enfermedad causada por el virus del ébola (EVE) puede ser mortal en el ser humano. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la actualidad tiene una letalidad de aproximadamente 50 por ciento.
Este padecimiento tuvo su primer brote en el año 1976 en la Yambuku, un pequeño pueblo de la República Democrática del Congo (RDC) y mostró ser una de las creaciones más perversas de la naturaleza, pues mató a 431 personas e infectó a miles más.
Recientemente un equipo de científicos de la Universidad de California en Los Ángeles dieron a conocer que 14 de los sobrevivientes del brote de aquella época cuentan con un sistema inmunitario que parece protegerlos de infecciones futuras.
Para el estudio los investigadores recolectaron sus muestras de sangre para analizar que tanto afectaba en sus organismos el virus 40 años después. Los hallazgos demostraron que los infectados tenían anticuerpos que reaccionaron a tres proteínas diferentes de esta enfermedad, indicando que en su cuerpo aún quedan toxinas que los hace inmune a este virus durante toda vida.
El descubrimiento podría ayudar en los esfuerzos por desarrollar vacunas y fármacos para tratar el ébola, aseguran los expertos.
La investigación surgió de casualidad cuando los investigadores organizaron un viaje a Yambuku en el año 2014 para crear un documental sobre epidemias, afortunadamente la epidemióloga Anne Rimoin, quien viajaba con ellos, tuvo la idea de estudiar a los supervivientes de 1976.
Fue impactante, pensé que encontraría respuestas, pero jamás me imaginé que vería anticuerpos neutralizantes u otras respuestas.
Así mismo otro equipo de investigadores pero de la Universidad de Málaga (UMA) en España y del Centro para la Investigación Forestal (Cifor) encontraron un vínculo entre la tala de bosques tropicales y la aparición de casos en África con un lapso de hasta dos años. Según los especialistas esto abre la puerta para diseñar sistemas de alerta precoz que funcionen para predecir brotes.
Observamos que la deforestación, especialmente de bosques húmedos y densos, está asociada con la aparición de brotes en los márgenes de las selvas. Ahora nos enfrentamos a la búsqueda del por qué, afirmó el zoólogo del Grupo de Biogeografía, Diversidad y Conservación de la UMA, Jesús Olivero.