La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que cada año alrededor de 800 mil personas termina con su vida mediante suicidios. La estadística equivale a una muerte de este tipo a escala global cada 40 segundos. En México, este desafío ha ido en aumento, ya que las tasas de incidencia se han incrementado en la población joven y en la de los profesionales de la salud.
Aldo Suárez Mendoza, presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, apuntó que los suicidios pueden ocurrir en cualquier rango de edad o campo profesional, pero estas ideas de muerte son prevenibles en todos los casos. Al mismo tiempo, apuntó que el problema es estadísticamente más pronunciado en hombres, con 8.5 casos por cada 100 mil personas comparados a los dos incidentes por cada 100 mil de sus contrapartes femeninas.
Recordó que la OMS, en 2015, estimó que por cada uno de los suicidios registrados, existen cerca de 20 intentos fallidos de quitarse la vida. En el caso específico de México, las entidades con las estadísticas más altas de muerte por esta causa son Chihuahua, Aguascalientes, Campeche y Quintana Roo. Sin importar el área geográfica, las causas más frecuentes son trastornos como la depresión, la adicción a las drogas y la sensación de pérdida, así como la violencia en el entorno familiar, comunitario o social
Otros factores de riesgo son problemas de salud y/o autoestima, así como sentimientos de desesperanza, rechazo o incapacidad para resolver problemas. Este tipo de condiciones son más frecuentes en jóvenes y médicos, por lo que estas poblaciones son más vulnerables que el resto de la población a sumar en las estadísticas de suicidios.
Angela Beatriz Martínez González, presidenta de la Red Mundial de Suicidólogos México, lamentó que no se haya dado la suficiente importancia a las estadísticas de suicidios en el país. Aseguró que se ha minimizado la problemática, lo que a su vez ha ocasionado presupuestos reducidos y una pobre implementación de políticas públicas en salud mental.
En el caso específico de suicidios médicos, se ha estimado que es la profesión con más altos índices de este tipo. Únicamente en Estados Unidos, diariamente un trabajador de salud se quita la vida, hecho que eleva su tasa de fallecimientos a entre 28 y 40 casos por cada 100 mil personas.