- El pasante de servicio social es un estudiante con una autorización temporal para el ejercicio de la profesión y para desempeñar un trabajo, pero sin ser un trabajador.
- Esta figura puede resultar adecuada para muchas carreras, pero en el caso de la medicina se presta para muchos abusos.
- Tanto así que hasta un trabajador de Little Caesars es mejor pagado que un pasante médico.
El médico residente es un trabajador-alumno. El médico interno de pregrado es sólo un alumno y es responsabilidad de su institución de educación superior. Pero, ¿qué es el pasante de servicio social? La ley no lo reconoce como trabajador, pero tiene responsabilidades mayores a las de un alumno.
El pasante de servicio social es un estudiante con una autorización temporal para el ejercicio de la profesión y para desempeñar un trabajo, pero sin ser un trabajador. Esta figura puede resultar adecuada para muchas carreras, pero en el caso de la medicina se presta para muchos abusos.
El día 16 de mayo de 2022 el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que los médicos mexicanos no quieren ir a trabajar a las zonas rurales. También señaló que las vacantes disponibles podrían ser de 50.000 plazas. Por lo que anunció que se contratarán 500 médicos cubanos para cubrir las vacantes.
“Pero los Pasantes Médicos que trabajan en zonas rurales estudian cinco años de medicina, un año de internado y en su séptimo año apenas sobreviven con 2,400 pesos al mes y sin estabilidad laboral pues es falso que haya plazas para que trabajen en el campo, afirma el doctor Éctor Jaime Ramírez Barba”.
¿Cuánto paga Little Caesars en México?
Sin embargo, además del sueldo, hay que preguntarnos porqué otras razones los médicos mexicanos no van a las regiones rurales.
¿Por qué los médicos mexicanos no van a las regiones rurales?
De acuerdon con el Dr. Mauricio Sarmiento y lo dicho en Medscape existen algunas razones por las cuales los médicos mexicanos no quieren regresar a las zonas rurales después de su servicio social y son las siguientes:
1. Abusos por parte de las autoridades sanitarias.
Me dedico a defender personal de salud en contra de las arbitrariedades de las autoridades sanitarias del país y de mi experiencia concluyo que el sistema de salud es autoritario. Existen diversas leyes y normas que regulan la práctica médica, pero son las mismas autoridades las que no tienen interés en cumplirlas. Tratan al personal de salud de manera déspota, sin respeto y vulneran sus derechos laborales y humanos. Generalmente, cuando algunos de estos casos suceden en las ciudades medianas o grandes, tenemos instancias a las cuales acudir para denunciar y demandar, pero en las comunidades rurales es muy difícil defender al personal de salud.
2. Malas condiciones laborales.
Es una práctica cotidiana que al personal de salud se les contrate por tres, seis o nueve meses y después de ese tiempo se renueve su contrato. Esto no debería ser así; los contratos tendrían de ser por tiempo indefinido y con prestaciones de ley. Los contratos temporales solo son parte de la violencia en contra del personal de salud, es una manera de poder controlarlos, ya que de su desempeño depende que vuelvan o no a contratarlo.
3. Falta de insumos y equipo médico.
El colectivo Cero Desabasto ha documentado que en los últimos años el desabasto de fármacos ha aumentado, también los fármacos falsificados y las recetas no surtidas. ¿De qué sirve tener los mejores médicos sin los insumos?
Por otra parte, además de la falta de fármacos debemos reconocer que la medicina moderna no es un trabajo individual, sino en equipo. De nada sirve el mejor médico especialista si no tiene otros médicos y un gran número de profesionales de la salud a su lado para atender los problemas de la sociedad.
4. Violencia e inseguridad.
En muchas columnas he hablado de la violencia que sufre el personal de salud. Es algo que las autoridades no quieren mencionar, pero que la gran mayoría del personal de salud conoce. Los médicos no quieren ir a regiones rurales porque no existe quién garantice su seguridad. Hemos tenido casos como el de la Dra. Mariana, que a pesar de denunciar que existía violencia en su contra, las autoridades la ignoraron e incluso amenazaron para no dejar su centro de salud.
Los médicos mexicanos no confiamos en nuestras autoridades, sabemos que en caso de violencia se van a lavar las manos y nos van a dejar a nuestra suerte. No es coincidencia que esas plazas que nadie quiere ocupar se encuentren en estados de la república consideradas inseguras.
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