- De acuerdo con la OMS al menos el 15% de la población global vive con algún tipo de discapacidad.
- Para detectar la sordera congénita es fundamental realizar el tamiz auditivo neonatal a todos los recién nacidos.
- Con respecto a su tratamiento se requiere hospitales que tengan servicios de diagnóstico (audiología), rehabilitación (terapia) y médicos (otología, neurotología).
Durante el nacimiento de un bebé lo que más se desea es que tenga salud. Por desgracia en ocasiones no es así porque uno de los problemas que pueden tener es hipoacusia, también conocida como sordera congénita. Su definición más sencilla es que se trata de algún grado de pérdida auditiva y sus causas pueden ser o no genéticas. Cuando la falta de audición aparece después del nacimiento se denomina adquirida.
En la actualidad las genéticas suelen ser las más frecuentes porque constituyen más de la mitad de los casos. En el pasado se consideraba que la incidencia era de alrededor del 30% aunque ahora se han descubierto más genes que son, precisamente, responsables de la pérdida auditiva. En este sentido se puede decir que dos terceras partes de los bebés que nacen con pérdida auditiva tienen un factor genético.
Las causas genéticas, a su vez, pueden ser recesivas y dominantes. La diferencia es que las pérdidas recesivas se manifiestan cuando ambos padres aportan algún gen afectado al bebé. Aunque si recibe una sola copia del gen afectado no sufre la enfermedad pero sí hay un alto riesgo de que transmita la enfermedad a su descendencia.
“Por eso vemos parejas, sin antecedentes conocidos de sordera en la familia, que tienen uno o varios hijos afectados. En este sentido, es probable que tengan antecesores con sordera. Por otra parte, si ambos padres padecen de hipoacusia las posibilidades de que sus hijos la padezcan siempre será mayor”, señala el Dr. Gonzalo Corvera, Director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología S.C. (IMON).
El tipo de pérdida auditiva que puede presentar el bebé al nacer puede ser de grado superficial, media, severa o profunda. De ellas, las severas y profundas son las de mayor relevancia. Se calcula que entre dos y tres de cada mil niños que nacen presentan una pérdida auditiva severa a profunda.
¿Cuáles son las causas?
La mayoría de las sorderas congénitas son a causa de un problema en el oído interno. Las adquiridas pueden ser por infecciones virales en la madre durante el embarazo (rubéola, por ejemplo), o en el bebé después de nacido (sarampión, paperas). Además pueden ser por aplicación de medicamentos que dañan el oído (gentamicina, kanamicina, amikacina) o durante y después del parto por falta de oxígeno, o infecciones bacterianas como meningitis.
Por otra parte, cuando el bebé nace y durante los primeros años de vida son muy frecuentes las sorderas que no se originan en el oído interno, sino que vienen por infecciones en el oído medio. A esto se le llama otitis media y se calcula que afecta al 95% de los niños en algún momento de su vida.
“En general no llega a ser verdaderamente problemático porque son infecciones que ceden solas o con antibiótico. Sólo en algunos niños llega a ser suficientemente prolongado el cuadro como para interferir en su desarrollo del lenguaje, y esto tiende a suceder cuando hay otros factores como alergias o en hogares donde se fuma”.
¿Cuáles son las implicaciones de un niño que padece sordera congénita?
Si no se atiende este padecimiento, el niño no aprenderá a hablar ni a leer. Se verá severamente coartado su desarrollo integral y sus posibilidades de ser independiente en el futuro. Su educación en general se complica mucho porque son relegados a trabajos menores y además se afecta su desarrollo intelectual.
La sordera es de las discapacidades más severas que hay y, sin embargo, no se le da la importancia que realmente tiene. Pocas personas se dan cuenta de lo difícil que es sobreponerse a ella.
Tamiz auditivo
Para detectar que el bebé no escucha bien al nacer, lo primero es solicitar el tamiz auditivo neonatal. Debería ser obligatorio por ley en los hospitales aunque por desgracia no ocurre así en México.
Mecanismos de prevención
En caso de detectar algún indicio de que el bebé no escucha bien, es importante acudir con un especialista para realizar un diagnóstico. Lo ideal es buscar un centro que se especialice en la atención de personas con pérdida auditiva, que tenga servicios de diagnóstico (audiología), rehabilitación (terapia) y médico (otología, neurotología).
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